Joyas mecánicas de más de 90 años, de Recoleta a Tigre

Setenta automóviles y motos antiguos, construidos antes del 31 de diciembre de 1919, participaron ayer del XVII Gran Premio Recoleta-Tigre, el tradicional circuito que, con pilotos ataviados con trajes de aquella época, atraviesa la zona norte de la ciudad y del conurbano.El recorrido conmemoró la primera carrera de automovilismo en la ruta abierta de América del Sur, realizada en Buenos Aires en 1906. Cientos de familias salieron ayer al paso de la caravana de autos y motos, que se mezclaron entre los vehículos más modernos del tránsito porteño actual. Otros disfrutaron del desfile desde balcones y plazas.Organizado por el Club de Automóviles Clásicos de la República Argentina, el circuito arrancó desde la puerta del restaurante La Biela, en Quintana al 660, Recoleta. Desde allí, los rodados antiguos tomaron las avenidas Figueroa Alcorta, Udaondo y Del Libertador, dentro de la Capital, y por Libertador cruzaron los partidos de Vicente López, San Isidro y San Fernando. Finalmente circularon por Cazón y Paseo Victorica hasta llegar al Museo de Arte de Tigre.Se trata del trazado original de la carrera de 1906, con la que nació una gran pasión que no paró de crecer hasta convertir al automovilismo en uno de los deportes con más seguidores de la Argentina.Ayer, el premio convocó a joyas mecánicas en perfecto estado de funcionamiento provenientes de todo el país, especialmente del interior cercano. Durante todo el día previo, los automóviles y las motos inscriptos pudieron ser admirados por el público en el entorno de La Biela, uno de los dos auspiciantes del circuito, junto con Fernet Branca.Según recuerdan memoriosos e historiadores, la carrera fue la primera de tipo rally en América del Sur y permitió avanzar con la apertura de la Avenida del Libertador, pues impulsó la construcción de puentes y del camino para llegar hasta Tigre; por aquel entonces, a Tigre sólo se podía llegar en tren: había asfalto hasta el barrio de Núñez y luego la ruta era...