Josefina Ludmer: la crítica que formó a una generación de escritores y lectores argentinos

Docente, ensayista y polemista afilada, Josefina Ludmer fue una de las críticas literarias y de la cultura más destacadas e influyentes del país. Falleció el viernes en la ciudad de Buenos Aires.

Cordobesa, había nacido en la localidad de San Francisco en 1939, se graduó en Letras en la Universidad Nacional de Rosario en 1964 y, ya en Buenos Aires, tuvo maestros del relieve de David Viñas, Noé Jitrik y Tulio Halperin Donghi. Ella alcanzaría años después ese mismo relieve en el campo de la docencia y la intervención crítica.

En 1972 publicó Cien años de soledad. Una interpretación, un estudio sobre el título clave de Gabriel García Márquez.También escribió un libro sobre el autor de El astillero: Onetti. Los procesos de construcción del relato. Durante la dictadura militar, sus talleres privados de teoría literaria fueron fundamentales para que otros pudieran conocer obras e ideas de autores nacionales y extranjeros considerados "peligrosos" por los censores de entonces.

Fue investigadora principal del Conicet y profesora de Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires entre 1983 y 1991, y desde 1991 hasta 2005 profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Yale. Dio también cursos de doctorado.

A la vanguardia

Daniel Molina, periodista y crítico cultural, fue alumno de Ludmer en la UBA. "En la universidad de la recuperación democrática, la Facultad de Filosofía y Letras contaba con un seleccionado de grandes maestros, desde David Viñas hasta Beatriz Sarlo, de Enrique Pezzoni a Beatriz Lavandera. En ese grupo, brillaba Josefina Ludmer -dice Molina-. Era la que iba más lejos, la que estaba a la vanguardia, la que abría puertas que ni sabíamos que existían. Cuando fui a su primera clase sobre la poesía gauchesca a comienzos de 1985 casi enloquezco: nunca había escuchado a nadie argumentar de tal manera, pensar con tanta erudición y libertad. Fue lo más parecido a Borges que dio la crítica argentina."

Años después Ludmer publicaría un libro único en la tradición local: El género gauchesco. Un tratado sobre la Patria, donde, entre otras cosas, señalaba el aporte específico de la Argentina al genio literario universal. "Con los años nos hicimos amigos -cuenta Molina-. Escribí sobre su obra. La entrevisté. La invité a dictar dos seminarios en el Centro Cultural Rojas, organizados por Tamara Kamenszain: en 1987, sobre la poesía gauchesca, y en 2000, sobre el año 2000 visto como el futuro de la ficción, que al fin había llegado."...

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