Jerusalén: fase final de la restauración de la muralla

JERUSALEN.- Todo comenzó hace cuatro años atrás, cuando la Autoridad de Antigüedades de Israel recibió una llamada urgente. En el patio del College des Freres, una escuela en el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén, aparecieron piedras. Y no eran piedras comunes, sino desprendimientos de la histórica muralla de la ciudad, de una parte relativamente nueva.Eso prendió la luz de alarma. No era para menos. Un sector histórico de la ciudad corría peligro. La obra, un símbolo de Jerusalén, fue concretada entre 1538 y 1541 por el sultán otomano Suleimán el Magnífico, tiene cuatro kilómetros de largo y una altura de hasta 25 metros.La Autoridad de Antigüedades coordinó entonces con otras entidades un proyecto que se enfocó en dos aspectos: por un lado, reforzar y estabilizar; por el otro, restaurar los elementos arquitectónicos deteriorados por el paso del tiempo.Si bien la totalidad del trabajo estará concluido para fin de año, pocos días atrás finalizó la penúltima etapa del proyecto, que incluyó la Puerta de Damasco, considerada la más hermosa de las siete que posee la muralla en la Ciudad Vieja. Allí se tuvo especial cuidado con los ornamentos de la parte superior, dañados como consecuencia de los combates durante la guerra de los Seis Días, en 1967."En algunos puntos a lo largo de la muralla, como la puerta de Damasco, la de Jaffa [Iafo], la puerta de Sión y la de Herodes, hemos intervenido para preservar los valores singulares del lugar", contó el arquitecto Avi Mashiaj, que encabeza el Departamento de Preservación de la Autoridad de Antigüedades y estuvo al frente del proyecto."En la puerta de Sión, por ejemplo, que ha sido escenario de duros combates en la guerra de los Seis...

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