Isabel, Cristina y los fueros del pueblo

En febrero de 2007, sobre el final del gobierno de Néstor Kirchner, aparecieron en las paredes del centro porteño unos afiches que con tipografía gigante advertían: "No jodan con Perón". Los firmaban el Sindicato La Fraternidad, de los maquinistas y conductores de trenes, la CGT y las 62 Organizaciones.

Para entender los afiches había que conocer el contexto. El 12 de enero, a las 20.15, la policía se había llevado detenida en Madrid a la expresidenta Isabel Perón, entonces de 75 años, por su presunta responsabilidad en los secuestros y desapariciones de Héctor Fagetti Gallego y del adolescente Jorge Valentín Verón, perpetrados por la Triple A. La detención la dispuso un juez español a pedido de un juez mendocino. Una hora y media después la viuda de Perón quedó en libertad provisional. Hubo dos pedidos de extradición, pero en 2008 la Audiencia Nacional española los rechazó porque no dio por probada la responsabilidad de la acusada en los delitos, a los que además no aceptó considerar de lesa humanidad en virtud de las leyes de España.

Las actuaciones quedaron archivadas. En febrero de este año el sindicalista de los empleados judiciales Julio Piumato, secretario de derechos humanos de la CGT, se presentó en Tribunales para pedir que la causa contra Isabel Perón por la Triple A sea cerrada y que se ponga fin "a la persecución judicial que la mantiene en el exilio". Para reforzar su argumentación, Piumato explicó que Isabel Perón "fue la primera presidenta mujer, no solo de la Argentina sino del mundo". Aunque está probado que la Triple A operaba desde el Ministerio de Bienestar Social a cargo de José López Rega, el sindicalista dijo: "Fue siempre una dependencia de las Fuerzas Armadas, que la usaron como brazo operativo".

El martes pasado, en el Gran Buenos Aires, volvieron a aparecer carteles estilo advertencia de patovica, esta vez como pintadas. "No jodan con Cristina", dicen. Ahora el contexto es el avance del juicio oral en la causa Vialidad, luego de que la Corte Suprema despejó el camino hacia una eventual condena al desestimar sucesivos planteos de la defensa de Cristina Kirchner, a los cuales el máximo tribunal incluso consideró de muy baja calidad. La vicepresidenta, como se sabe, desató en los últimos días una feroz campaña contra la Corte y mandó a sus seguidores a desparramar que quieren proscribirla. "No jodan con Cristina" sería una síntesis de su guerra preventiva.

Al igual que el verticalismo adulador de hace medio siglo al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR