La irreverencia de Carrió sacude el sistema

Apenas se enteró de que Macri había volado a Río Negro en un helicóptero de Joseph Lewis, accionista de Pampa Energía (controlante de Edenor), y que había pasado además unos días en la estancia que el empresario inglés tiene sobre el lago Escondido, Amado Boudou, procesado hace un mes en una causa por dádivas, soltó entre íntimos una sentencia provocadora: "Con esto zafé". Su argumento es temporal. "Yo volé cinco minutos y él hasta pernoctó en la estancia", explicó.

La discusión sigue. Mientras varios especialistas en la materia y todo el oficialismo sostienen que son casos distintos porque Macri no hizo más que alojarse en lo de un amigo y Boudou viajó en cambio por una empresa que se promocionaba a través de esa gentileza, Martín Doñate, diputado del Frente para la Victoria, denunció al jefe del Estado en la Oficina Anticorrupción por el delito de dádivas, presunción que también comparten Ricardo Monner Sans y Pino Solanas.

El episodio representa una alerta para el Gobierno. La Argentina es un país poco exigente para estos límites durante el comienzo de las gestiones, pero bastante menos laxo con quienes abandonan el poder. Tiempos que marca la Justicia. Y que vienen desencadenando las reacciones de Elisa Carrió, una de las fundadoras de Cambiemos, para con la administración a la que por ahora llama "mi gobierno".

Es difícil que la diputada no elija confrontar. En realidad, hace 10 días, una semana antes de que sorprendiera en el programa de Luis Majul volviendo a señalar a Daniel Angelici como operador en la Justicia e instando a Nicolás Caputo a vender sus empresas por una cuestión de responsabilidad hacia el país, la líder de la Coalición Cívica había adelantado la estrategia entre sus colaboradores: hay que hacer estas advertencias en el principio del gobierno, dijo, porque es el único modo de evitar que se consoliden. La postura supone por lo pronto una autocrítica de su paso por la Alianza: entonces, durante la primera etapa, ella no hizo los cuestionamientos en público, sino en privado y sólo a algunos dirigentes. "Nos traicionaron", llegó a decirle a Alfredo Bravo.

Ahora tiene la idea opuesta. Y así se lo transmitió el miércoles a Macri, que la había convocado a la Casa Rosada con un doble propósito: pedirle explicaciones y aliviar la tensión que aquellas críticas venían provocando en Cambiemos. Carrió ya venía hablándole del tema en privado. Tres meses antes, por ejemplo, le había hecho al Presidente una advertencia muy similar...

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