Un Ionesco actual

SANTIAGO, Chile.- En el marco del Festival Santiago a Mil, que concluyó el domingo y que se llevó a cabo en distintos teatros de la capital chilena, se presentó Rhinocéros, de Eugène Ionesco, según la precisa dirección del francés Emmanuel Demarcy-Mota y la actuación del Ensemble Artistique Théâtre de la Ville de París. Es el mismo espectáculo que, mañana y pasado, se presentará en el Teatro San Martín.En Santiago, el montaje se ofreció en el Teatro de Carabineros. La sala responde a una arquitectura contemporánea con algunos rasgos un tanto particulares. Por ejemplo, en una de las salas hay cuadros que presentan a los carabineros como guardianes de una patria soñada, inexistente. O del techo del inmenso hall cuelga un enorme helicóptero de esa fuerza de seguridad. Parece estar vigilando, controlando el orden social. Ese mismo orden que durante el tiempo pinochetista los carabineros cumplieron un oscuro rol.Durante la función de Rhinocéros, Bérenger (el personaje central) ve como su entorno, sus amigos y hasta su amada se transforman poco a poco en bestias feroces que arrasan con todo en un lenta metamorfosis de una sociedad que naturaliza el horror y la falta de memoria. El texto es una clara alegoría contra el fascismo, el nazismo y el terrorismo de Estado. "Es una pieza contra el olvido, pero no en el sentido de hacer un acto de memoria, sino como una forma de relacionarse con la historia", reflexiona el director. Por eso mismo, entre el potente hecho escénico, los "detalles" del Teatro de Carabineros y los ecos del pasado su puesta se expande, se carga de inquietantes pliegues de suma actualidad, adquiere nuevos sentidos en tiempos de las redes sociales.Al día siguiente del estreno en Chile, Emmanuel Demarcy-Mota reconoce que ninguna de esas asociaciones le resultan ajenas. De hecho, el cruce entre lo histórico, lo político y el teatro es algo que lo define. Por eso mismo escogió montar esta obra de Ionesco que mañana llega a Buenos Aires con el numeroso elenco del Ensemble Artistique Théâtre de la Ville de París, que él también dirige.Rhinocéros fue escrita en 1957, después de la Segunda Guerra Mundial y durante el nacimiento del fascismo en Rumania. "La obsesión de Ionesco no pasaba por el teatro del absurdo sino por la cuestión de la soledad y la transformación de aquellos rumanos en seres terribles. Hay otro aspecto que me interesa de su producción y de esta obra en particular: la forma de utilizar el humor al servicio de la crítica. Su humor es...

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