Investigan al ex juez Oyarbide y a su pareja por su patrimonio

La pareja del ex juez Norberto Oyarbide, Claudio Blanco, y un financista acaudalado, Ariel Roperti, son investigados por un fiscal como supuestos testaferros del magistrado jubilado en una causa por enriquecimiento ilícito. Avalan las sospechas del fiscal sociedades de Blanco y Roperti que comparten domicilios y socios, viajes coincidentes de los tres al extranjero y el incremento patrimonial de los hombres cercanos a Oyarbide de 2010 a la fecha. Quien reunió los elementos sobre el triángulo de relaciones es el fiscal José María Campagnoli, que pidió analizar el patrimonio de Oyarbide. La denuncia de Campagnoli -a la que accedió LA NACION- está en manos del fiscal Jorge Di Lello, que analiza si corresponde darle impulso.

La investigación preliminar destaca que desde 2010, cuando Oyarbide blanqueó en una entrevista con LA NACION su relación con Claudio Blanco, el patrimonio del ex árbitro de básquet creció hasta convertirlo en un empresario, mientras Oyarbide, según sus declaraciones juradas, tiene poco y nada.

Oyarbide, desde que se jubiló, levantó el perfil. Dio entrevistas en las que se considera un chivo expiatorio y se tiñó el pelo de rubio platinado, como Lionel Messi.

El dato que inició esta investigación fue la costumbre de Oyarbide de instalarse en la parrilla El Mirasol, de Puerto Madero, en un reservado, a mediodía, donde recibía invitados y almorzaba. Acondicionó el lugar con objetos de su despacho, incluidos candelabros de cristal, muebles Luis XVI y una frapera tallada que le regalaron sus ex colegas de Comodoro Py 2002 cuando cumplió 20 años de juez. En ese reservado, separado por un cortinado color vino tinto, había una araña y pinturas. Campagnoli interrogó a los mozos, que le dijeron que Oyarbide pagaba sus almuerzos, y pidió ser atendido por Matías, el mozo más joven del plantel.

En contraste con su estilo de vida, en su declaración jurada de 2013 el ex juez registró su departamento de Recoleta, una caja de ahorro con 110.000 pesos y 65.000 dólares.

En esa declaración no incluyó los bienes de Blanco, que ya era su conviviente. En Migraciones, cuando regresaron al país tras un viaje, declararon el mismo domicilio.

El formulario de la declaración jurada del juez señala en su párrafo final: "Declaro bajo juramento que los bienes, ingresos, créditos, deudas y actividades desarrolladas son fiel y actualizado reflejo de mi patrimonio, así como lo son de mi cónyuge, conviviente e hijos menores emancipados". Pero el juez tachó la...

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