Investigan un contrabando de chalecos antibalas

La Justicia investiga el presunto contrabando agravado de 1500 chalecos antibalas brasileños que estaban destinados a la misión de paz de las Naciones Unidas (ONU) en Haití, pero que el Gobierno intentó distribuir entre policías federales, confirmaron cuatro fuentes judiciales a LA NACION, que accedió a distintos documentos oficiales y copias de la denuncia judicial.La investigación quedó en manos del http://buscar.lanacion.com.ar/Claudio%20Bonadioy el fiscal Eduardo Taiano, luego de que su colega Carlos Stornelli desarrollara una instrucción preliminar durante casi tres meses, en la que descubrió la presunta comisión de los delitos de contrabando agravado con mercaderías por $ 11,5 millones, administración fraudulenta, falsedad ideológica de documentación oficial y defraudación a la administración pública.Stornelli -quien llevó adelante http://www.lanacion.com.ar/1591664-causa-armas-una-investigacion-que-duro-18-anos, por la que se condenó al ex presidente Carlos Menem el jueves 13 de este mes- centró sus sospechas en un grupo de funcionarios de los ministerios de Seguridad y de Defensa argentinos que ofreció una insólita explicación: que todo se trató de un préstamo.Según determinó el fiscal, sin embargo, el grupo habría operado con otro objetivo y con otros medios. Con esos chalecos para uso militar brasileños habría intentado suplir un faltante en la Policía Federal, luego de que LA NACION revelara a mediados de octubre pasado que los chalecos de la Sastrería Militar registraban "traumas" superiores a los permitidos o, incluso, que no detenían las balas, y ordenara el retiro de circulación de 1500 chalecos defectuosos.La pesquisa de Stornelli comenzó días después de que el 15 de marzo pasado aterrizara en El Palomar un avión de la Fuerza Aérea Argentina, con los chalecos a bordo junto al director de Logística del Ministerio de Seguridad, Rubén Rodríguez.No fue Rodríguez quien intentó retirar de la base los chalecos marca Glagio, que se encontraban "desordenados", en cajas abiertas y algunos en mal estado, según reconstruyó LA NACION. Se presentó un sargento del Ejército, Carlos Alvarado, sin encontrarse autorizado por el Ministerio de Defensa y sin aportar los documentos indispensables. Por eso, el personal de la Aduana los retuvo y trasladó a un depósito en Escobar.Un día después, Alvarado volvió a presentarse, pero esta vez junto al coronel Antonio Daniel González. Pero cuando los aduaneros revisaron la mercadería descubrieron que en los documentos...

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