Un investigador con fuerte compromiso con los sectores más débiles y vulnerables

"La UCA hizo una convocatoria abierta para estudiar la deuda social a fines de 2000 y principios de 2001. Había que presentar el CV y un proyecto. Me llamaron para dirigir el área de Economía y Empleo, y formé un equipo interdisciplinario. Comenzamos a trabajar en octubre de 2001, antes de la crisis", dice Agustín Salvia desde su escritorio en las oficinas del Observatorio de la Deuda Social Argentina, en el edificio San Alberto Magno de la Universidad Católica Argentina.Este observatorio ha sido, especialmente desde la intervención del Indec, en 2007, una valiosa fuente de información para conocer las cifras de la situación social en el país, a través de mediciones con sustento estadístico.Pero Salvia comenzó su carrera mucho antes de ser director e investigador de proyectos en temas de trabajo, desarrollo humano, pobreza, desigualdad social, inserción social de los jóvenes, estrategias de los hogares y evaluación de políticas sociales.Atravesando un camino largo de aprendizaje y siempre involucrado con el estudio de los sectores vulnerables, "mi primera línea de formación profesional fue un profesorado de enseñanza primaria en Banfield. Tenía desde muy joven una vocación docente, en 1974, con un perfil de compromiso social. Al mismo tiempo comencé a estudiar Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En 1975 el gobierno constitucional de Isabel Perón decidió la intervención dada la fuerte politización que tenían las universidades."Militancia pacíficaSalvia se define como militante social en aquellos tiempos. "Yo era militante universitario, militante barrial, presidente del centro de estudiantes en el profesorado; estaba muy cerca de los grupos de la juventud peronista de izquierda que no proponían una salida armada, sino democrática. Era una Argentina muy convulsionada, donde era muy difícil tener una posición fundada en la toma de conciencia."Su militancia estuvo siempre "comprometida socialmente con un cambio pacífico y democrático. Mantenía un compromiso de base en villas o asentamientos precarios. Uno entendía que había injusticias y desigualdades, y creíamos merecer un país más justo y soberano. Pero la realidad social argentina de ese momento era maravillosa comparada con el país que dejó la dictadura e incluso la democracia posterior. Teníamos 2 o 3 por ciento de pobres y 4 por ciento de desempleo".Su...

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