Inversiones pendientes en innovación: el progreso de la Argentina, más allá de Tecnópolis

Pasó el Bicentenario y llegó Tecnópolis, la megamuestra de ciencia y tecnología que se erige en un predio de 60 hectáreas y que ya había recibido un millón de visitantes hace una semana. Pero el ritmo de afluencia de público no es el mismo que el de las inversiones en esta área.Si bien la inversión argentina en investigación y desarrollo (I+D) camina por la recta ascendente desde 2003, superando los niveles de los 90, aún no llega a la meta fijada por el Gobierno en el plan del Bicentenario, que era llegar al 1% del PBI. En 2009 (último dato disponible) alcanzó el 0,60%, con una dinámica constante de poco protagonismo del sector privado.En una entrevista con LA NACION, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, dice: "Es obvio que hubo un incremento sustantivo y sin antecedentes en la historia de la inversión de la ciencia argentina, sobre todo por la continuidad. Hay una decisión política de apoyar la ciencia y la tecnología, que es coherente con un nuevo modelo productivo, en el cual se apuesta a generar bienes y servicios intensivos en conocimiento que complementen el rol ineludible de la Argentina como productor de alimentos".El ministro explica que para llegar a la meta fijada (e incumplida) para el Bicentenario hay un proceso que no se puede acelerar porque demandaría aumentar la dotación de investigadores a los que aún hay que formar y dotarlos de espacios de trabajo. Además, advierte que debería haber un componente público y privado equivalente, que todavía falta, pero que se irá compensando. A diferencia de otros países donde la mitad o más de las inversiones en I+D están en manos de empresas, las de la Argentina sólo aportaron en 2009 el 21,4% del total. En Brasil, la inversión pública y privada se reparte por partes iguales, similar a lo que ocurre en España y en Canadá; mientras que en Estados Unidos las compañías aportan casi al 70%. La problemática de esta desproporción reside en que la inversión de los gobiernos, en general, apunta a investigación básica que no está directamente vinculada a la producción. Son las empresas las que toman la inversión básica y la aplican a la producción.Bernardo Kosacoff, director del Centro de Empresa, Competitividad y Desarrollo del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA) y de la Universidad de San Andrés, dice que la Argentina invierte poco en I+D en relación a la riqueza que tiene. Si bien hubo una mejora en los últimos años, advierte que todavía está alejado de los países...

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