Entre ingleses y gauchos. Gestaron el reinado más largo en el deporte y la primera Selección argentina que conquistó todo

Lewis Lacey, David Miles, Juan Jack Nelson y Juan Miles, grandes figuras de la gira

A mediados del Siglo XIX, oficiales de caballería británicos que se encontraban de servicio en la India quedaron cautivados por un deporte ecuestre que practicaban los nobles del subcontinente, al que llamaban "la joya de la corona del Imperio Británico": el polo . Hacia 1856, varios de esos oficiales, de regreso a Inglaterra con escala en Malta, lo exportaron a Occidente con la intención de acomodarlo, ya que notaron que en la India se jugaba sin reglamento ni una cantidad específica de jugadores. Así, los ingleses le proveyeron al polo reglas apropiadas, establecieron el número de cuatro jugadores por bando y se constituyó la Hurlingham Polo Association, entidad que iba a regir el polo británico, bajo cuyas reglas se disputaban los torneos. Poco tiempo después, fue descubierto por los norteamericanos, que no solo se entusiasmaron tanto como los ingleses, sino que no tardaron en convertirse en sus rivales más duros.

Además, los norteamericanos le pusieron el cascabel al gato, el toque que le faltaba: crearon el sistema de hándicaps , es decir, la valorización para los jugadores, que iba de 1 a 10 goles. Como no podía ser de otra forma, el primer jugador de la historia que alcanzó los 10 goles de handicap fue un estadounidense, Foxhall Keene, que además de ser un intrépido polista, era un extraordinario multideportista.

Mientras tanto, la Argentina recibía una inmensa ola de inmigrantes desde una Europa empobrecida; gente que bajaba de los barcos ansiosa por establecerse en un país poderoso, seguro y con gran futuro. Entre ellos había británicos, que llegaban a un país de estabilidad política y prosperidad económica, y que eligieron desparramarse en diversos campos y estancias, especialmente de Santa Fe. Y que además trajeron novedades; entre otras, varios deportes: fútbol, rugby, tenis, polo. Este último terminó siendo el pasatiempo favorito tanto de los estancieros como de los peones, criollos que tenían una habilidad extraordinaria para andar a caballo y que dejó sorprendidos a los británicos.

Juan Nelson

Estos peones montaban en pelo (es decir, sin montura) y tomaban las riendas con una sola mano para practicar un deporte que se llamaba pato, y que requería una gran destreza. Sin dudarlo, los ingleses enseñaron a jugar al polo a estos audaces gauchos, para quienes el caballo no tenía secretos . Más aún, los peones aprendían con una facilidad increíble. Así, Santa Fe se convirtió en un gran centro de polo, al tiempo que el deporte se iba esparciendo en las distintas estancias y campos de todo el interior del país y comenzaban a surgir los primeros clubes. Los registros indican que el primer partido de polo que se jugó en la Argentina fue entre Campo y Ciudad, el 30 de agosto de 1875 , en la estancia Negrete, ubicada en el pueblo de Ranchos (hoy General Paz), en la Provincia de Buenos Aires, propiedad del británico David Shennan, dedicado a la industria lanar.

Muchos ingleses emigrados a la Argentina viajaban con frecuencia a su país, donde solían participar de las temporadas de polo. En 1896, un equipo que representaba al Buenos Aires Polo Club realizó una gira por Inglaterra , encabezado por Hugh Scott-Robson, quien en Inglaterra tenía base en el Ranelagh Club y es considerado la primera gran estrella del polo en el país. Nacido en la provincia de Entre Ríos en 1878 y educado en Escocia, fue un extraordinario jugador ambidiestro, con posición de back (defensor), y uno de los...

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