El infierno bajo el agua, causa de una breve etapa

FIAMBALÁ, Catamarca.? "El infierno argentino". Así se lo presentó desde la organización del Dakar, como también se hablaba en su momento del desierto peruano y de algunas zonas de las dunas en Chile. Fiambalá es un clásico del Dakar. Aquí se produjeron hechos significativos desde que la tradicional competencia desembarcó en América del Sur. Aquí mismo se registró la mayor cantidad de abandonos durante 2012. Zonas arenosas, caminos pedregosos y las altas temperaturas que azotan la región asustaban a los protagonistas. A tal punto que muchos no se exigieron en la etapa anterior debido a todo lo que representaba el compromiso catamarqueño.Sin embargo, el clima conspiró contra todo lo que se preveía. Inesperadamente, llovió. Y mucho. Los ríos subieron sus cauces y en el kilómetro 69, en el río Grande, se hizo imposible traspasar el agua y la organización suspendió la etapa al mediodía. Mucho más tarde se decidió tomar los tiempos de los coches que habían cruzado el río (los primeros 20) y colocarles a todos los demás 1h13m25s."Hace un año que no llueve aquí. Y fue justamente cuando pasó el Dakar", comentó un lugareño que se reía incrédulamente por las condiciones climatológicas. El agua no sólo complicó al Dakar en Catamarca. En verdad, este año fue el más lluvioso de toda la historia de la gran aventura, ya que hubo lluvia en Arequipa (Perú), y en las etapas argentinas de Salta, Tucumán, Córdoba y ahora, Catamarca.Como siempre sucede con estas determinaciones arbitrarias (ya sucedió en la octava etapa por la misma razón), están quienes ponen el grito en el cielo por la medida y otros que se ven beneficiados. El argentino Lucio Álvarez esta vez formó parte de estos últimos: arribó tercero al primer paso de control, donde se...