A todo o nada, en las inferiores de la política

Todo ocurre de pronto: cuando Franco Alarcón, un estudiante de Historia, de 20 años, se arrima con timidez a la mesa de votación, es rodeado por cinco militantes universitarios que, sin prolegómenos, emprenden la batalla final para captar su voto.Vestidos con camisetas de sus agrupaciones y provistos de folletos de propaganda, le hablan todos a la vez, casi sin mirarse. Salvo cuando discuten entre ellos; entonces sí, se lanzan miradas de fuego, intercambian acusaciones. El debate cuerpo a cuerpo sobrepasa la media hora, pero nadie abandona. Cuando finalmente Franco entra en el cuarto oscuro, los militantes se vuelcan sin respiro a su próxima batalla: la captura del voto del siguiente estudiante en la fila.Con un ritmo frenético que no reconoce vedas ni descansos, finalizaba el tercer día de votación en las elecciones para el Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (Cefyl). Los comicios terminaron anteayer, con el triunfo de La Juntada, un frente que reúne a cuatro agrupaciones de izquierda independiente. Detrás quedaron el Plenario de Izquierda, encabezado por el Partido Obrero (PO), y el Frente Universitario Popular (FUP), formado por La Cámpora, el Movimiento Evita y otras siete fuerzas kirchneristas.Fue el desenlace de un capítulo de una disputa más amplia: la pelea por el control de los centros de estudiantes de las universidades públicas. Son momentos en que la política estudiantil entra en ebullición y capta la atención de la mayoría de los partidos políticos, que intervienen directamente en las disputas.No está en juego sólo el gobierno de los centros de estudiantes: la agrupación vencedora se hace más fuerte en el movimiento estudiantil y desde allí gana espacio en las discusiones de la sociedad. Cuna de buena parte de la dirigencia del oficialismo y de la oposición, cada votación estudiantil es también una batalla por la hegemonía en las inferiores de la política.Intensa en todas las facultades de la UBA, la campaña en Filosofía tiene una efervescencia única, que cambia la rutina de estudiantes y profesores, y modifica por completo la fisonomía del edificio, en Puan 480, Caballito.Desde dos semanas antes de las elecciones, militantes de las distintas agrupaciones pasan continuamente por los cursos y, con permiso de los profesores, interrumpen las clases para transmitir mensajes de campaña. En simultáneo, otros grupos reparten volantes en el hall de entrada, en las escaleras, en los pasillos. Los afiches cubren por...

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