Con Infantino presidente, Europa conserva el poder

ZURICH - El rostro de Salman bin Ibrahim Al-Khalifa mostraba desazón, aunque esa cara tampoco difería mucho de la que paseó en los últimos días por los hoteles de Zurich: el jeque bahreiní es un hombre contenido, le huye a los excesos. Para excesos ya estaba la delegación de Uruguay, que al grito de "¡vamo Uruguay carajo!" se abalanzó sobre Gianni Infantino, presidente de la FIFA desde hacía menos de cinco minutos, para abrazarlo, rodearlo y comenzar a saltar.

"¡Uruguay, Uruguay!", gritaba Gianni Infantino sin dejar de sonreir. Estaba eufórico, también. El viernes, los expertos lo consideraban perdido, el jeque era el gran favorito. Pero si algo viene demostrando la política deportiva elección tras elección, es que ser experto en decisones de sedes olímpicas o definiciones presidenciales de grandes federaciones es un tema cada vez más complejo. Infantino tenía más fuerza de la que se esperaba, pese a que él mismo no se imaginaba hace cinco meses luchando por la presidencia de la FIFA.

Pero cuando la primera ronda de votación mostró al suizo-italiano con 88 votos, tres más que el jeque, contra 27 del príncipe jordano Alí Al-Hussein y siete del francés Jerome Champagne, la temperatura sufrió en el Hallenstadion. Nadie se acordaba ya de que era una fría mañana de invierno en Zurich.

Los 27 votos del príncipe pasaban a ser clave, y la pregunta era de dónde venían, pero sobre todo adónde irían en la segunda vuelta. Antes de despejar esas incógnitas, las más de 1.500 personas concentradas en el estadio cerrado debieron ver pacientemente como los delegados votaban en dos cabinas, desde la "A" de Afganistán hasta la "Z" de Zambia. Una hora y 40 minutos, por segunda vez en la mañana, de monotonía con luminosa y plástica música ambiental combinada con una tenue luz azulada en la sala.

El día había comenzado bastante antes, a las 9:40 de la mañana, con monótonos discursos dirigidos por el alemán Markus Kattner, el engominadísimo secretario general interino. Ni él, ni el presidente interino, Issa Hayatou, contribuían a despertar a la audiencia, pero al final lograron su objetivo: aprobar la reforma de los estatutos de la FIFA. Fue con amplitud, un 89 por ciento de los delegados a favor de limitar los poderes del presidente, reorganizar el comité ejecutivo, que crece de 24 a 36 miembros y pasa a llamarse "Consejo", e impulsar más presencia femenina en la organización, así como convertirse en adalides de los derechos humanos.

¿Quiere decir esto que Rusia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR