La inexplicable euforia de Massa, un ministro acorralado

Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa

Sergio Massa está cercado . Pocas veces un ministro de Economía debe operar en una crisis acosado por tantas restricciones . El Banco Central está desahuciado por la insaciable demanda de dólares. Podría subir la tasa de interés en pesos, para que la moneda nacional sea más atractiva. Pero esa tasa es ya muy alta, por lo que pagar los intereses que promete supone un tsunami de emisión que se transforma en inflación. Es una de las razones por las cuales no está en condiciones de endeudarse en pesos. Tampoco en dólares, porque el riesgo argentino es exorbitante. Sólo cabe imprimir más billetes para solventar su déficit fiscal carente de financiamiento . El peso se destruye y se vuelve verosímil la devaluación. Esa perspectiva estimula las importaciones. Y desaconseja las exportaciones. Esa es la razón por la cual, aun con precios récord, el superávit comercial es una miseria.

Recortado sobre este paisaje de dificultades, Massa inspira una pregunta: ¿por qué festeja? La euforia y la satisfacción que ha exhibido desde que lo designaron ministro comunican un mensaje inconveniente: la suposición de que él no sabe dónde está parado .

Las iniciativas que se divulgaron anoche confirman esa percepción. Fueron un conjunto de medidas. No hay un plan . Esa carencia hace juego con lo que Massa dejó trascender desde hace casi una semana. Una colección de artificios para salir del atolladero sin resolver el fondo del problema. Esa, llamémosle así, estrategia, es muy típica de la personalidad del ministro. Audaz, apuesta a un golpe de fortuna . Como el que, ya quebrado, confía en evitar la catástrofe gracias a la martingala milagrosa de una noche de ruleta.

Uno de esos talismanes sería la captura de 5000 millones de dólares por una liquidación anticipada de operaciones cerealeras. Las grandes comercializadoras de granos negociaron durante horas infinitas con Guillermo Michel , el director de Aduanas, uno de los funcionarios más allegados al ministro. La propuesta de Michel fue que las compañías depositen esa suma en una cuenta creada ad hoc , a la que podrían ir recurriendo a medida que deben pagar la mercadería. Según dejó trascender el equipo económico, los empresarios opusieron sus habituales dificultades: primero, no tienen disponibilidad sobre semejante suma de dinero; segundo, y más importante, no consiguen que los productores se desprendan de su soja.

Fue una obviedad: el problema del Gobierno es con los chacareros, no con las cerealeras . Y no se despeja hablando con la Mesa de Enlace. Massa deberá crear condiciones para que sea negocio vender soja. Es decir, deberá mejorar el tipo de cambio . Él está pensando en esa alternativa. En su equipo estudian aumentar la parte de las operaciones que pueden cursarse con un tipo de cambio equivalente al dólar "solidario", más el 35% de anticipo de Ganancias. El borrador contempla no sólo ofrecer que la ventaja se aplique a un monto mayor. También habría una ventaja en la tributación de Ganancias. El riesgo de estas ocurrencias es conocido: que los supuestos beneficiarios, conscientes de la emergencia en que se encuentra el Banco Central, sigan reteniendo la cosecha a la espera de prerrogativas más generosas . De todos modos, Massa ayer aseguró que conseguirá aquellos 5000 millones de dólares en 60 días. Confía en que convencerá a los productores. O en que la devaluación de la moneda será superior a la que...

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