¿La inevitable corrección la hará la política o el mercado?

Columna de opinión

El Gobierno decidió poner el foco en mejorar el resultado de las elecciones con medidas de distinta índole que apuntan a recuperar a un importante grupo de votantes que, por diferentes motivos, abandonaron al Frente de Todos en las PASO. No se trata de los sectores más moderados, vitales para alcanzar el 48% de octubre de 2019 y que ya se habían decepcionado de Alberto Fernández y su administración bastante antes de los comicios de septiembre pasado. El equipo de estrategas electorales del oficialismo había advertido que un umbral cercano al 40% de los sufragios constituía un escenario para nada desdeñable considerando las duras circunstancias en términos económicos, sociales, sanitarios y en materia de inseguridad. Eso suponía la capacidad para contener, y en algunos casos volver a atraer a, los segmentos más afines. Pero en la práctica ya se habían resignado a perder a los segmentos más alejados de las posturas radicalizadas. Las primarias pusieron de manifiesto un desgaste mucho mayor, y más grave, que el esperado.

Luego de la crisis política y de los inevitables pases de factura de los días siguientes, la famosa misiva pública de Cristina Fernández de Kirchner doblegó la endeble resistencia del difunto albertismo, precipitó los cambios de gabinete y modificó, en especial desde la incorporación de Roberto Feletti, la estrategia respecto de la inflación: responsabilizar a los empresarios de los aumentos generalizados de precios.

A pesar de la evidencia teórica y empírica en sentido contrario, incluyendo la experiencia argentina reciente y remota, un sondeo de D’Alessio IROL-Berensztein sugiere que casi el 80% de los votantes de FDT de 2019 están de acuerdo con medidas de corte hiperintervencionista (como los controles de precios estrictos y unilaterales, los cepos al dólar libre o las restricciones en las exportaciones de maíz, entre otras similares). Esta circunstancia puede resultar beneficiosa en el muy corto plazo para una fuerza política determinada, pero con el tiempo se vuelve sumamente perjudicial para el conjunto de la sociedad argentina. En suma, lo que vivimos en las últimas semanas constituye una apretada síntesis de la dinámica que explica la larga decadencia en la que continúa encastrado el país.

¿Logrará su propósito la coalición gobernante? No existe al menos hasta ahora sondeo alguno que indique una reversión de las tendencias. Sin embargo, llegaron a las manos de los estrategas electorales de Juntos...

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