El incontenible déficit fiscal

En una prueba más de su , el gobierno de Cristina Kirchner acaba de disponer, mediante un mero decreto de necesidad y urgencia, una , conocido como ley de leyes, sin siquiera consultar al Congreso.Lo más llamativo del caso es el monto involucrado en el aumento presupuestario dispuesto por el Poder Ejecutivo. Se dispuso un incremento de nada menos que 199.045 millones de pesos para el presente ejercicio, equivalente a la friolera de unos 24.100 millones de dólares al cambio oficial y a más del 80 por ciento de las reservas brutas del Banco Central.Gran parte de esa suma se asignará a mayores subsidios a la energía y el transporte, lo cual pone de manifiesto que los ajustes tarifarios siguen siendo superados por los aumentos inflacionarios de los costos de producir esos servicios. Es probable, sin embargo, que este reajuste presupuestario convalide hechos consumados y que se requieran nuevos reconocimientos en los próximos meses.En efecto, las propias estadísticas oficiales exponen con crudeza un crecimiento sostenido del déficit en las deterioradas cuentas del Estado nacional. En los primeros cinco meses del año el desequilibrio, luego del pago de intereses, alcanzó a 48.407 millones de pesos. Esta cifra resulta de la diferencia entre gastos e ingresos sin considerar como recurso corriente los aportes al Tesoro recibidos del Banco Central, la Anses y el PAMI. Éstos distan de tener el carácter de un ingreso genuino, como mañosamente los computa el Gobierno, ya que son una forma de financiar el déficit. Respecto del mismo período del año 2013, el déficit acumulado en los cinco primeros meses en pesos corrientes ha crecido un 146%. Es decir que se ha más que duplicado. Esa comparación corregida por inflación mostraría un aumento, igualmente exorbitante, del 76 por ciento.La estampida del desequilibrio fiscal se explica por el mayor crecimiento del gasto en relación con los recursos. Mientras estos últimos aumentaron un 34,6%, las erogaciones lo hicieron en un 42,5%, bien por encima de la inflación y de los ingresos impositivos. A su vez, el desborde del gasto tiene origen en un fuerte incremento de los subsidios (63%) y en un llamativo aumento del rubro remuneraciones (37,6%), que comparado con las modificaciones salariales estaría indicando un nuevo crecimiento de la planta de empleados públicos del orden del 7% en sólo un año.Estas evoluciones confirman un claro desmanejo de la administración del Estado nacional. Lo notable es que para advertirlo se requiera...

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