El incierto rumbo económico

El peronismo ha gobernado el país 32 años, casi la mitad de los 66 transcurridos desde 1946. La evocación comparada de sus gestiones económicas tan diversas y hasta opuestas puede echar luz sobre un presente muy complejo. Como se ha visto en decisiones como la anunciada ayer respecto de YPF, se recurre a intervenciones discrecionales en ausencia de planes conocidos previamente, abriendo cada vez más agudos interrogantes respecto del futuro.

La primera presidencia de Perón (1946-55) privilegió el mercado interno, la economía cerrada y la sustitución de importaciones con crecientes regulaciones, un minucioso control de cambios y la estatización de muchas empresas de servicios públicos y otros rubros. En ese marco, y con precios muy altos de las exportaciones argentinas, tuvieron lugar mejoras sin precedentes del nivel de vida de los sectores populares y de la equidad en la distribución del ingreso. A comienzos de los años 50, hubo dos sequías en tres años, cayeron los precios del agro y, por el castigo a las exportaciones y las crecientes importaciones petroleras, escasearon las divisas, tal como ocurriría en los siguientes 50 años y, según el relato oficial, de nuevo hoy.

La recesión fue acompañada por un aumento de la inflación de 25% en 1950 a 39% en 1952. Se acentuaba así una tendencia iniciada y tolerada desde 1945, pero modificada en 1952 por un Perón estabilizador que, con la dirección del ministro de Asuntos Económicos Alfredo Gómez Morales, puso en marcha un plan de estabilización. Los controles de precios y las campañas "contra el agio y la especulación" se acompañaron con políticas monetarias y fiscales adecuadas al objetivo principal. También se impulsó el aumento de la productividad (congreso de la productividad y del bienestar social), los convenios fueron válidos por dos años, hubo un acercamiento a los EE.UU., se votó una ley pro inversiones extranjeras, se aumentaron los precios del agro y, en pos del autoabastecimiento petrolero antes que Frondizi, se hizo un acuerdo con la California, no ratificado por el Congreso y anulado luego por la Revolución de 1955. Estas políticas tuvieron logros notables: un crecimiento económico del 5,5% anual hasta 1955, mejora del balance de pagos y caída de la inflación del 39 al 4 por ciento.

Pese a su brevedad, la segunda gestión económica peronista (1973-76) mostró dos facetas muy diversas. Con términos del intercambio favorables la economía creció 12% hasta 1974, pero, pese al pacto social...

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