Un incidente tan absurdo como malintencionado

Resulta absolutamente condenable la brutal descalificación oficial hacia los integrantes de la Mesa de Encuentro Libertador General San MartínCon ser de gravísimas consecuencias el anquilosamiento intelectual de las principales figuras de la fuerza gobernante, la inmadurez emocional que los desborda deja aún más estupefactos a quienes siguen con algún grado de interés, aquí o en el extranjero, la situación argentina.¿Han sido criaturas o adultos quienes firmaron en nombre del bloque de senadores de la mayoría que parecería más destinada, en medio de arduas negociaciones, a precipitar un fracaso que a facilitar el desempeño de los representantes argentinos, incluido el presidente de la Nación? ¿O habrán dilapidado tanto fuego para disimular con humo el apoyo al ajuste económico que impulsa el gobierno del que son parte?Así está la economía nacional, perturbada por la contradicción permanente entre hechos y palabras. Así van otros asuntos sensibles para el país, tratados todavía hoy según convenciones con alguna raigambre en el pasado, pero hace largo tiempo desechadas por los descalabros ocasionados. ¿No ha ocurrido, acaso, con diferentes fenómenos populistas y, ni qué decir, entre la masacre de libertades de los que perseveraron en construir "un hombre nuevo" bajo la inspiración del marxismo-leninismo? Nos inclinamos por esta última interpretación.La defensa nacional ha sido una de las materias más degradadas por el imperio de ideas fosilizadas en los sucesivos gobiernos kirchneristas. Debe reconocerse que el Presidente fue en un sentido más cauto que el ministro . Este se apresuró a descalificar como "un proyecto conspirativo y desestabilizador" el anuncio de la constitución, por personal retirado de las Fuerzas Armadas y de seguridad y policial, de la Mesa de Encuentro Libertador General San Martín. "Son gente de otro tiempo", dijo con desdén llamativo en quien se codea a diario con dirigentes cuyo pensamiento político, como el de la vicepresidenta, está, por decir lo menos, congelado en el tiempo.Como vocero principal de aquella flamante mesa, ha actuado el general Ernesto Bossi, que fue secretario general del Ejército durante la jefatura del general Martín Balza. Quienes ocupaban posiciones gubernamentales al lado del presidente Alfonsín, durante los dramáticos días de Semana Santa, recuerdan a Bossi como uno de los jefes militares de mayor resolución en la voluntad de acabar con el alzamiento carapintada encabezado por el teniente...

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