Impuestos sobre el campo

Su condición de sector de mayor productividad de la economía le ha costado caro al campo argentino. Entre la cordura y la paradoja, el populismo siempre ha privilegiado frente al campo la paradoja. Pocas veces expresó la gratitud a que éste se ha hecho acreedor, y en cambio, en muchas otras oportunidades, lo tomó por asalto para difamarlo y aplicarle gabelas de magnitud confiscatoria.

El Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), dependiente de la Fundación Mediterránea, puso de manifiesto que entre 2003 y 2015 el Estado recaudó, por derechos de exportación aplicados a las actividades agropecuarias, 100.000 millones de dólares. Una cifra equivalente a la que el Gobierno ha anunciado como resultado hasta aquí del blanqueo de activos.

¿Qué hicieron los Kirchner a lo largo de 12 años con una masa sideral de aquella naturaleza? Nadie sabría responder a ciencia cierta, porque la infraestructura, la educación pública, el estado de las Fuerzas Armadas y de seguridad y la lucha contra el narcotráfico, para no extendernos, han quedado en la situación deplorable que hoy vemos. ¿Qué podrían haber hecho con tamaña exacción al campo vía un gravamen que casi no se aplica en el mundo? Construido, según economistas de la Fundación Mediterránea, 49.000 kilómetros de autopistas, pues como ha dicho días atrás el administrador general de Vialidad, hacer un kilómetro cuesta 2 millones de dólares.

Habría sido ése un cambio fenomenal en las condiciones generales del transporte y obraría como un irresistible elemento de articulación del territorio nacional. No contamos con más de 5000 kilómetros de vías rápidas, autopistas y viaductos. Mientras el país derrochaba ingresos por las características excepcionales para el valor de nuestros productores en los primeros años del siglo, los gobernantes aumentaban, en lugar de disminuir, la presión tributaria. Lo hicieron hasta el punto de convertirla en la más alta de la región.

La Sociedad Rural Argentina ha denunciado que sobre el agro pesan 33 impuestos, en no pocos casos superpuestos. Todo lo contrario sucede en Japón y Corea del Sur, donde la mitad de los ingresos del campo provienen de contribuciones estatales. Aunque no tan mayúsculos, los subsidios promedio de la Unión Europea a sus productores son del 18% y del 10% en los Estados Unidos. El campo argentino no reclama nada de eso, sino que se ponga fin a una expoliación cuya eliminación ha aceptado, en cuanto al tema principal que...

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