Su impronta, traducida al papel, en el CCK

Todo una vida persiguiendo la luz, entre el rojo de la caída del sol y el azul de la salida de la luna. En ese espectro se mueve la muestra de fotografías de Vittorio Storaro, Escribir con la luz, que mañana se inaugurará en el CCK. Doble impresión entre la fotografía y la cinematografía, que congela imágenes pensadas para ser vistas en movimiento, y lleva del celuloide al papel, de la pantalla a la pared, sus pinturas de luces y sombras.

En el solemne Salón de los Escudos, las imágenes se yerguen en atriles, según curó su hijo Giovanni, con diseño de su hija Francesca (y todo queda en familia). Incluye setenta fotogramas de más de cuarenta películas, treinta y ocho copias sobre lienzo de las pinturas que inspiraron a Storaro en su investigación figurativa-cinematográfica, imágenes de las portadas de la trilogía de sus libros sobre los misterios de la visión -La luz, Los colores y Los elementos-, además de una serie de gigantografías de los actores que interpretaron los personajes de su recorrido fílmico. Investigador apasionado, hizo estudios filosóficos, científicos y artísticos, y su trabajo se resume en el equilibrio de esos tres factores que son los ejes de la muestra: luz, colores y elementos.

Hay escenas de Novecento, El conformista, Rojos, Dick Tracy, Pequeño Buda, Tucker: un hombre y su sueño, Historias de Nueva York y La Luna, entre otras películas. Y pinturas tanto de Leonardo y Rafael como de Otto Dix y Salvador Dalí.

Sus fotos no están del todo quietas: superpone tomas y compone diálogos de imágenes en un solo plano. Los colores son emoción. Manipula luz, materia y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR