Imprescindibles: de niño soñaba con grandes lagartos y hoy es un 'ninja' del desierto con más de 30 especies descubiertas

El paleontólogo Sebastián Apesteguía en la Fundación Azara

Nunca traicionó al niño de seis años que fue. Sebastián Apesteguía ya deseaba en su infancia en el barrio porteño de Flores buscar a esos grandes lagartos , mucho antes de saber que no había ninguno vivo e incluso de siquiera saber que existía la misma palabra paleontología y que era una carrera que podía estudiarse en la Argentina. Pero desde entonces pensaba que ese tipo de vida era la felicidad mayor.

Algunas décadas después es uno de los principales paleontólogos del país y tiene en su haber más de tres decenas de especies nuevas descubiertas (no todas dinosaurios , sino también mamíferos singulares y reptiles desconocidos) . Una fue nombrada en su honor por el apodo, Ninja , por el que él es conocido: el Ninjatitan zapatai , un dinosaurio saurópodo de hace 140 millones de años.

Sebastián Apesteguía en el Desierto de Kokorkom o "de los huesos", en Río Negro, un área de gran interés para la paleontología

Pero ese paso desde la infancia con dos hermanos menores, padres separados y siempre un papel y un lápiz para dibujar grandes bestias, hasta llegar al trabajo de campo en el desierto de Río Negro -entre otros- tuvo escalas dificultosas y un hacerse de abajo que no se pueden soslayar. Tuvo que hacerle un piquete al eminente José Bonaparte, "el amo de los dinosaurios" , cuando tenía 18 años y lo fue a buscar al Museo Argentino de Ciencias Naturales que funciona en el Parque Centenario porque lo admiraba y quería trabajar con él.

Le dicen Ninja porque se fascinó tanto en el taller de José Bonaparte (fallecido en 2020) con todo tipo de herramientas, tornillos, clavos, que decidió convertir en acción su fascinación por el cine de artes marciales e hizo varias estrellitas ninjas y hasta una inverosímil espada de hierro puro

"Vení en un mes, pibe", le dijo Bonaparte. Y volvió nomás un par de semanas después para empezar con el trabajo más bajo del taller: enderezar los clavos doblados para volver a usarlos. Aquí es donde conviene aclarar que el hacer paleontológico consta en líneas generales de tres instancias : la de campo, quizás la más famosa, que implica buscar restos in situ ; luego, largas horas de estudio de las teorías y las relaciones entre especies; y finalmente la tal vez incluso más ardua de taller, que implica el rearmado en un todo coherente de las piezas halladas.

Apesteguía (der.) en la presentación de Jakapil

Por entonces, fines de los años ‘80, todavía había muchas tareas insalubres en los talleres paleontológicos y los cuidados de salud e higiene no existían. Por ejemplo, se...

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