Sólo impotencia

MELBOURNE.- Cuando colapsa la mente dejan de responder el cuerpo y la raqueta. La falla del sistema nervioso es general y absoluta. Si el rival empuja al abismo generando frustración con su juego, la despedida se aproxima. Y si no hay un chispazo de reacción, peor: la puerta de salida está ahí, frente a las narices. Es el tenis y sus peligros inminentes. Con la eliminación temprana en el Abierto de Australia, Juan Martín del Potro perdió su primera oportunidad importante en 2014 de luchar a lo grande, entre los grandes. No es un drama; es una señal de alerta, un aviso certero. Nadie hablaba de Roberto Bautista Agut hasta que el español empezó a sorprender con su show de paralelas y 72 winners. Su despliegue en la cancha 2 dejó pasmados a la ruidosa hinchada argentina y sobre todo al tandilense, rendido después de un duelo de cinco sets (4-6, 6-3, 5-7, 6-4 y 7-5), que se prolongó hasta la 1.20 de la madrugada.El talento y la capacidad de Del Potro están comprobados. Cómo poner en duda a un Nº 5 del mundo que se consagró en un Grand Slam en medio de la puja sin respiros de los cuatro fantásticos. Delpo se llevó uno de los últimos 35 Majors disputados desde 2005, en donde la conversación se circunscribió únicamente a Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray. En los últimos años, la Torre de Tandil aumentó su resistencia y capacidad aeróbica, su calidad de desplazamientos, su apertura de piernas y estabilidad para golpear. Mejoró la simetría de su cuerpo. Le dio más efectividad a su saque, ajustó el drop y aceitó el revés con slice, en buena medida obligado por la fatídica lesión en la muñeca. Evolucionó, acaparó más títulos, celebró.El problema de Juan Martín está en sus constantes altibajos, en esas buenas rachas que de repente mutan en los apagones más oscuros. Su estado tenístico varía demasiado rápido sin mucha lógica, mientras que su humanidad de casi 100 kilos -pese a las mejoras físicas- no es la gran aliada para un tour que demanda el máximo esfuerzo desde enero hasta noviembre. Luego de consagrarse hace unos días en el ATP 250 de Sydney afirmaba: "Estoy sorprendido con mi nivel". En cambio, en la fatídica segunda rueda del Melbourne Park parecía resignado ante la superioridad de un jugador que nunca ganó un título ATP y que aparece 62º en el ranking.Así es Del Potro a los 25 años: discontinuo, a veces por culpa de las lesiones, en otras por su propia impericia. Es un camaleón que en la cancha puede ser sólido, vivaz y picante, como...

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