La impensada crisis del gigante de la NBA

"Sí. Podría, realmente", respondió Kobe Bryant. Dan Patrick, conductor de un programa radial ("The Dan Patrick Show") preguntó a la estrella de Los Angeles Lakers si Barack Obama podía jugar en su equipo, y el Nº 24, que iba manejando por una autopista, contestó así. Por supuesto que su afirmación fue sólo una suerte de cumplido al presidente de Estados Unidos, muy aficionado al básquetbol –y simpatizante de Chicago Bulls–. Bryant no piensa eso realmente y habló por camaradería, pero aun así su comparación cayó un poco mal. En Twitter se lo hicieron saber.El "sí" de Bryant fue interpretado como una crítica a sus compañeros, porque apareció justo en uno de los peores momentos deportivos de la franquicia, la segunda más ganadora de la historia de la NBA pero hoy empantanada en el fondo de las posiciones. Con 22 triunfos y 45 reveses, el conjunto tiene 32,8% de eficacia, la más baja desde que Lakers está en Los Ángeles, es decir, desde 1960, y la segunda menor de toda su historia, tras la de 26,4% de cuando todavía era Minneapolis Lakers, en 1958.Tratándose de una de las dos franquicias más poderosas de la NBA en términos de popularidad y marketing (la otra es New York Knicks), la púrpura y amarilla no puede permitirse una campaña como ésta, en la que el equipo fue el primero que quedó sin posibilidades de alcanzar los playoffs (no se clasificó por sexta vez en sus 66 años) y ahora tiene el 26º registro sobre 30 conjuntos en la liga. Hasta pasó algunos papelones, como cuando, siendo local, recibió 137 puntos de Denver Nuggets –el 11º del Oeste– y tres volcadas de Nate Robinson, un basquetbolista que mide 1,75 metros... Otro, que quedó como un récord histórico, fue el 94-142 que le asestó Clippers, el otro conjunto de Los Ángeles, un rival que casi nunca había estado en su nivel, pero al que algunos ya consideran el nuevo dominador de la gran ciudad californiana, en un supuesto cambio de mando. Ésa fue la derrota más amplia de la historia de Lakers y la victoria más holgada de su rival de terruño.El equipo, dirigido por Mike D’Antoni en su segunda temporada, no está mal en ataque (12º en la liga) pero presenta una pésima defensa (la 29ª, con 108,7 tantos por encuentro). Así y todo, el entrenador, que no gana una serie de playoffs desde 2007, no afronta un huracán de críticas; mucho más cuestionado estuvo el año pasado, cuando perdió en la primera rueda a manos de San Antonio Spurs (0-4) teniendo un plantel mejor que el actual, con Dwight Howard. Claro que muy...

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