Impeachment, el fantasma que crece en Brasil

RÍO DE JANEIRO.- Todo comenzó la misma noche de las elecciones del 26 de octubre último, cuando Dilma Rousseff ganó un segundo mandato con el margen más estrecho en la historia de Brasil.

Desestimados como "malos perdedores", pequeños grupos opositores al oficialista Partido de los Trabajadores (PT) ya gritaban entonces "¡Fuera, Dilma!".

Sin embargo, desde entonces, alimentado principalmente por las constantes revelaciones del , pero también por el alza de la inflación y del desempleo y las impopulares medidas de ajuste económico, el descontento de los brasileños con el gobierno ha ido creciendo. Y ya hay varios sectores que claman por el juicio político a la mandataria, como sucedió durante la administración de Fernando Collor de Mello, quien ante esta perspectiva se vio obligado a renunciar, en 1992, en medio de graves acusaciones de corrupción.

Aunque se trata de un escenario -por ahora- muy remoto, en estas semanas la idea del impeachment se instaló con fuerza en el debate público. En las redes sociales, en algunos medios de comunicación y desde varios pequeños partidos opositores, se clama por que el Congreso considere el enjuiciamiento de Rousseff por su responsabilidad en el "petrolão", el multimillonario , que está bajo investigación.

Liderado por el derechista partido Demócratas (DEM), un creciente movimiento convocó a realizar manifestaciones por el juicio político para el 15 de marzo; en Facebook, ya hay unas 40 páginas que replican el llamado y más de un millón de personas confirmaron su participación.

Asustado, el PT consideró realizar contramarchas en defensa de Rousseff ese mismo día, pero ante el riesgo de enfrentamientos, prefirió por ahora apoyar dos actos ya planeados por la Central Única de Trabajadores (CUT), la mayor organización sindical del país, para el 13 de marzo, en San Pablo y en Río de Janeiro.

"Manifestaciones recientes en Venezuela y la Argentina resaltan la existencia de una articulación política y de grupos económicos locales e internacionales destinada a desestabilizar gobiernos progresistas en el continente. Esta ofensiva conservadora se extiende a Brasil, donde sectores de la oposición flirtean con el golpismo y ensayan pedidos de impeachment sin ningún fundamento jurídico o político", señaló en un comunicado la cúpula del PT, tras una reunión en Brasilia el jueves.

No es lo que cree el reconocido jurista Ives Gandra da Silva Martins, quien en enero sacudió el avispero al apuntar que Rousseff sí podría...

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