Cómo y por qué la ilegalidad sobrevive

El negocio de la venta ambulante prolifera en la ciudad ante fiscales, jueces y funcionarios que no logran congeniar una estrategia eficaz para erradicar esta actividad prohibida. Sólo en la peatonal Florida y en la zona de Retiro la Ciudad logró "correr" a los manteros y sostener en el tiempo la medida. Pero quedó obligado a destinar una custodia policial permanente para impedir que la ilegalidad insista.

Las organizaciones de corte mafioso que controlan la venta callejera, según probó la Justicia, son grupos consolidados. No se desarticulan frente a los contados operativos policiales ni por el secuestro de cientos de bolsones con mercadería. Resisten. Y, si no, se mudan a otro punto más conveniente.

El poderío económico y logístico que tiene la red ilegal callejera es tan vasto que puede sobrevivir con holgura a cada allanamiento. El dinero explica por qué en la zona de Once, el día después de un operativo policial, el mantero -que no es más ni menos que un empleado de una organización que cobra entre $ 80 y 140 por jornada- tendrá su puesto abierto y con variada mercadería.

Frente a algunas indefiniciones sobre cómo resolver esta problemática urbana, los comerciantes habilitados, que pierden territorio y...

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