Ibra, un solista que valora hasta el último violín

Zlatan Ibrahimovic es, ante todo, un solista, como lo definió Arrigo Sacchi. Es de esa clase de futbolistas "individuales", cuyas calificaciones no dependen necesariamente del curso del equipo. El funcionamiento colectivo puede no ser bueno y él jugar un gran partido. También puede pasar a la inversa: que el equipo funcione de maravillas y él no entone, aunque hace tiempo que esto no sucede.Ibra ha aprendido del impacto que sufrió en su breve ciclo en Barcelona. Su madurez está en el punto ideal: conserva las buenas condiciones físicas y técnicas, ha sumado experiencia y conocimiento y pertenece a un equipo que lo hace el futbolista base de su táctica.Se siente a gusto e importante, causas de la responsabilidad que exhibe con orgullo. Sus declaraciones previas al juego frente al Barça fueron de una prudencia propia de Guardiola más que de su prontuario. Le buscaron la frase, lo provocaron, y nada. La polémica quedó fuera de foco esta vez. Excelente decisión para alguien que cuando su eje está solamente en el juego produce admiración.Cuando un basquetbolista de 2,05 pasa muy bien la pelota, con gracia y agilidad, llama la atención. Cuando un centrodelantero de 1,92 domina su físico con creatividad y fundamentos exquisitos como Ibrahimovic, también causa sorpresa, la misma que provocan los bienes escasos. Su cuerpo se lleva muy bien con su técnica. Para cualquier atacante, ser corpulento puede ser muy limitante. Para Zlatan no lo es. Todo lo contrario: explota su estatura y porte para proteger su sensibilidad con la pelota.Un 9 alto se descuenta que es un buen cabeceador, e...

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