Huracán: un vuelo a la gloria

SAN JUAN.- Noches así hacen sentir que tantas lágrimas valieron la pena. Huracán nunca se olvidará de los malos momentos, esos que ahora potencian la dicha. ¡Cuánto valor tiene la Copa Argentina para el querido Globo! Desde 1973, desde aquel glorioso equipo que llevó a la cima el Flaco Menotti, que por Parque de los Patricios se esperaba una alegría tan grande. Llegó a la distancia, por los penales y por las manos de Marcos Díaz, el héroe, que contuvo los tiros de Caranta y Encina para que sus manos quedaran en un libro de historia. El campeón se aseguró un lugar en la Copa Libertadores 2015 -será la segunda participación después de la 1974- y, ahora, cuando se calle el ruido, buscará la ansiada vuelta a primera. Con la confianza en el punto más alto, Huracán sabe que puede.

Complicado camino tuvo hasta la consagración, después del 0-0 en el tiempo reglamentario con Rosario Central. Superó los momentos de dudas hasta encarrilarse hacia la gran final. De ningún modo tomó la conquista como un premio consuelo porque sólo el Globo supo todo el sacrificio que le demandó.

Huracán había encontrado un bálsamo en la Copa en los peores momentos del ciclo de Frank Kudelka, el entrenador que no resistió los flojos resultados en la B Nacional. A la par del desesperado intento por la vuelta a primera, el Globo se había hecho fuerte, incluso, contra los conjuntos de la A: en orden, Boca (2-0), Banfield (2-2 y 3-2 en los penales), Estudiantes (1-1 y 3-2) y Atlético de Rafaela (2-0). El camino del conjunto canalla había quedado marcado por la victoria por penales ante River (5-4, tras el 0-0 en el tiempo reglamentario) y por la goleada ante Argentinos (5-0). Mucho mérito quedó para el técnico que calmó los ánimos en el campeón: Néstor Apuzzo.

Mucha valentía mostró el equipo de Parque de los Patricios en los primeros momentos, en los que manejó la pelota y en los que se ubicó con firmeza en el territorio de Central. No tuvo profundidad, en un defecto conocido. A los rosarinos les costó cada paso. Perdieron la pelota demasiado rápido y, entonces, se conformaron con cortarle el circuito a su adversario. Ninguno tuvo claridad en las llegadas. En medio del juego embarullado, Huracán tuvo una buena situación tras un córner en el que Erramuspe remató entre varios jugadores y la pelota le pegó a Caranta, pese a que había quedado descolocado...