Humor negro en cuatro ruedas

Ricky Bobby: Loco por la velocidad (Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby es el título original) se convirtió en una de las comedias más veneradas por la crítica y, al mismo tiempo, una de las más exitosas de 2006, ya que sólo tras su paso por las salas estadounidenses recaudó 150 millones de dólares. Sin embargo, esta apuesta por el humor negro y absurdo ambientada en el mundo de las carreras automovilísticas no pasó por los cines locales y fue lanzada aquí el martes último en DVD por el sello LK-Tel.

Concebida por el mismo equipo de la no menos lograda El reportero: la leyenda de Ron Burgundy (también editada directamente en video hace dos años), que lideran Adam McKay en la dirección y Will Ferrell en el papel protagónico (ambos compartiendo la autoría del guión), Ricky Bobby se sustenta en dos conceptos irresistibles, por lo menos para el público norteamericano: el universo de la serie Nascar, la categoría automovilística más popular de ese país, y la presencia de Ferrell, uno de los cómicos más exitosos desde sus inicios televisivos en el ciclo Saturday Night Live . Ubicado en el puesto 34 entre las figuras más poderosas de Hollywood, según la lista confeccionada por la revista Première en 2006, Ferrell tiene uno de los cachets más caros de la industria: 20 millones de dólares por película.

Visto últimamente como el autor nazi en Los productores y protagonista de la aún inédita Más extraño que la ficción , Ferrell -integrante de una suerte de cofradía de humoristas amigos, que integra también Jack Black, Ben Stiller, los hermanos Owen y Luke Wilson, Vince Vaughn y Steve Carell- ya tiene varias películas terminadas y en marcha. Uno de los proyectos en preproducción es Step Brothers , otra historia escrita a cuatro manos con McKay, que éste dirigirá, que el astro cómico encabezará con su compinche John C. Reilly y que coproducirán -al igual que Ricky Bobby- junto con otro gran realizador de comedias como Judd Appatow ( Virgen a los 40 años ).

Una pesadilla mayor

Ferrell, un talentoso intérprete de 39 años y 1,92 de altura al que un crítico del prestigioso semanario The Village Voice llegó a comparar con Groucho Marx, encarna al Ricky Bobby del título, un simple mecánico del peor equipo de la serie Nascar que, ante la imprevista deserción del piloto oficial, asume la conducción y se convierte en poco tiempo en la sensación de la categoría. Devenido en ídolo deportivo y figura mediática, no tardará en mostrar su faceta más oscura y...

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