Huérfanos de escuela

En medio de la pandemia, los niños han pasado a ser, una vez más, rehenes de la política, del gremialismo docente y del cansancio familiar"Hacer cuarentena es como intentar matar una mosca con un martillo", afirma el epidemiólogo Anders Tegnell, impulsor de la estratégica apuesta de Suecia contra el coronavirus. Entre otras recomendaciones, se destacaron los colegios abiertos con medidas de control, mayores de 70 años confinados y teletrabajo. "Si tienes éxito allí en la escuela, tu vida será buena. Si fracasas, tu vida será mucho peor. Vas a vivir menos. Vas a ser más pobre", reflexionaba Tegnell durante una entrevista, defendiendo el derecho de educación de los niños que lo llevó a no suspender nunca la educación presencial de chicos hasta 15 años.Entre nosotros, Manuel Álvarez Trongé, presidente de Educar 2050, aplicó la imagen de la "tormenta perfecta" para referirse a la educación argentina actual: emergencia mundial educativa, aumento de la pobreza y debilidades educativas precoronavirus. Nadie discute hoy que, en gran medida, los métodos didácticos son eminentemente sociales y que el momento impuso condiciones insalvables. "Se perdió la esencia de la experiencia escolar", alerta Claudia Romero, investigadora del área educativa de la Universidad Torcuato Di Tella.Más de un millón de alumnos argentinos no tuvieron ningún tipo de contacto con la escuela y los daños pueden ser irreparables. Entre los que sí pudieron sostener de alguna forma la escolaridad, también existen estudiantes más afectados que otros, como los que iniciaban un nivel, primario o secundario, o aquellos que estaban por terminar. Ni hablar de quienes asistían a clase también para recibir su ración de alimento.Mensurar cuánto y cuántos se han perjudicado implica considerar no solo las pérdidas académicas, sino también las emocionales y económicas. Basta comprender que incluso los modelos que apelaron a la tecnología en la pandemia solo han podido ofrecer parches virtuales. Con mayor impacto sobre los más pequeños, la obligatoriedad de pasar a tener que vincularse no ya con sus amigos y compañeros, sino apenas con una pantalla dividida en veintipico de recuadros ha tenido también múltiples efectos traducidos en cambios de humor, desgano y trastornos de distinto tipo.Con la propuesta de unificación de los años lectivos 2020/2021, se percibió un resquebrajamiento en los niveles de exigencia y motivación entre alumnos y docentes. Lo mismo ocurrió ante los anuncios...

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