La hora de Massa, el gestor deportivo devenido en piloto de tormenta que fuerza una tregua con la CGT

Sergio Massa y Amado Boudou se conocieron mientras militaban en la Ucedé y se reencontraron en la Anses; luego Boudou fue tesorero del Club Tigre, donde el ahora ministro de Economía tiene injerencia desde hace 20 años

Aliados del Frente Renovador y vecinos distritales, Sergio Massa y Luis Andreotti , en sus épocas de intendentes de Tigre y San Fernando, respectivamente, se jactaban de revolucionarios por haber montado un moderno centro de monitoreo con cámaras de vigilancia y seguridad que convirtieron a los distritos en modelos a seguir en la lucha contra el delito. Sin embargo, y aunque suene hasta irónico, ambos estuvieron incómodos y preocupados por una trama de violencia, fútbol y política que no dejó registro de video en ninguna de las cámaras que funcionaban en territorio propio.

A plena luz del día, el domingo 24 de febrero de 2013 la barra brava del Club Atlético Tigre dirimió su interna a los tiros. El saldo fue un muerto y 13 heridos de bala. La secuencia del terror comenzó en el barrio Troncos del Talar y siguió en la estación de tren Virreyes. De acuerdo a los rastrillajes policiales, hubo más de 100 disparos. Los barras se peleaban por dinero y entradas antes de un partido con River.

El fiscal de San Fernando era Alejandro Musso. En una de sus medidas, ordenó al municipio la entrega de las imágenes de las cámaras callejeras. No tuvo suerte: le informaron que hubo "un desperfecto eléctrico" y que en el momento de los enfrentamientos no funcionaban. La tormenta del día anterior había dejado fuera de servicio a unos 40 aparatos, según informaron fuentes municipales a LA NACION cuando se escribió sobre el hecho, hace casi diez años.

En su intento de destejer la red de vínculos de la barra brava, Musso avanzó en la investigación e imputó a seis personas de la hinchada y los llevó a juicio. Algunos de ellos mantenían desde hace años nexos con el poder político de la zona. De acuerdo a declaraciones judiciales y a antecedentes impositivos, algunos hasta habrían trabajado a sueldo para los dos municipios. Y un dato que no había pasado desapercibido: a Marcelo Paulitti, uno de los acusados, lo defendió judicialmente José Vera, por entonces director General de Relaciones Institucionales de la Municipalidad de Tigre, según indicaba su curriculum. Vera después dio un paso al costado y lo reemplazó Daniel Llermanos, uno de los abogados de Hugo Moyano .

Sergio Massa durante el anuncio de las medidas, con clara prioridad en el "orden...

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