Hombre pequeño

"Andate a tu casa y ponete a laburar." (De , en diálogo telefónico con .)

"Sos una vieja desquiciada", le dijeron a una mujer. Y contestó: "Lo de vieja estuvo de más". Nunca negó la locura.

Algo similar parece ocurrirle a Oscar Parrilli, el ex jefe kirchnerista de los espías. Ante la divulgación de una escucha judicial en la que mantiene un diálogo telefónico con Cristina Kirchner, reaccionó denunciando espionaje político, mensajes mafiosos y un Watergate autóctono. En cambio, no parece haberlo afectado que la ex presidenta lo llamara "pelotudo" y "lento de reacciones", y que lo mandara "a laburar".

Cualquiera que haya escuchado el diálogo, advierte que Parrilli presupone que alguien más está del otro lado de la línea. El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo. Es lo que le sucede a todo aquel que en algún momento se haya servido de los servicios de inteligencia. Siempre se sentirá espiado, o sabe que lo es porque alguien le avisa.

Parrilli trata de frenar a su ¿ex? jefa suavizándole los términos "a este tipo hay que matarlo (por Jaime Stiuso)" o "empezá a buscar todas las causas que le armamos (Cristina se corregirá rápidamente cambiando "armamos" por "denunciamos"). A eso se suma que el propio Parrilli, jefe de la ex SIDE, reconoce que Stiuso manejaba los servicios de inteligencia.

Y la frutilla del postre: con el claro fin de depreciar la escucha, Cristina decidió bromear en Telegram publicando la imagen de una...

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