La historia de una niña en los oscuros años de la década del setenta

Hay canciones que se escriben en quince minutos y consiguen millones de vistas en YouTube. Hay obras musicales y teatrales que llevan años de producción y desarrollo y luego tienen solo un par de funciones para llegar al público. Pero ¿quién les quita -a todos los involucrados en ese proceso-lo bailado?El tiempo en que se termina una canción o toda una obra no asegura éxito ni calidad. Pero es cierto que, a veces, lo que ofrece ese tiempo es esa instancia de maduración y reflexión hasta llegar al resultado final de la obra. Una entrevista previa al estreno puede servir de racconto del proceso. En este caso, es el trayecto del compositor Guillo Espel, desde que leyó el libro Elecciones primarias, de Silvia Hopenhayn. Quedó fascinado, pensó en convertirlo en una ópera de cámara, consiguió una beca de trabajo para escribirla, buscó a los intérpretes, garantizó la calidad con la participación de cantantes como Víctor Torres y Cecilia Pastorino y, finalmente, consiguió fecha de estreno (eso que todavía no sucedió pero sucederá pronto, pasado mañana y el miércoles en el Teatro Cervantes).Silvia publicó Elecciones primarias en 2011; allí cuenta la vida de una niña, entre 1974 y 1979. Es una ficción pero tiene un correlato con su propia vida. Fue construida a partir de encuentros de Silvia con sus compañeras de escuela, donde descubrió una parte olvidada o no recordada (en el caso de que eso no signifique lo mismo) de su propia vida. O directamente no registrada. A eso hay que sumarle el entorno que rodea al personaje: el final de una democracia llena de turbulencias y la primera mitad de la última dictadura militar en la Argentina."Me tomaron por sorpresa, tanto el encuentro con un pasado que no sé cómo llamarlo, porque no es exactamente olvidado, como esa lectura y creación que hace ahora Guillo. Esta fue una grata sorpresa. La otra, que es encontrarme con páginas arrancadas de la memoria, no tanto. Pero sí lo fue la posibilidad de escribir; no lo que pasó sino la historia que inventé de una niña durante la dictadura militar, en un colegio primario del Estado, con todas las distorsiones con las que se viven en esos años. Porque no es como los adolescentes que militan en un colegio; son niños y niñas. El lenguaje no es para elaborar. Todo es perceptivo. Hay mucho del absurdo en la novela que hasta puede resultar chocante porque los niños dicen lo primero que les sale. Por eso, 'elecciones primarias'. Cuando no hay elecciones en el país, los chicos...

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