La historia detrás de El estrangulador de Boston, la nueva película de Star+ sobre los crímenes seriales que sacudieron a los Estados Unidos en los años 60

Keira Knightley y Carrie Coon protagonizan El estrangulador de Boston (2023), de Matt Ruskin sobre los crímenes seriales que asolaron a Boston a comienzos de los 60.

Entre 1962 y 1964, una serie de crímenes brutales asolaron a la ciudad de Boston: mujeres de diversas edades eran sorprendidas en sus casas por un misterioso visitante que las golpeaba, violaba y luego las estrangulaba sin dejar rastros de su presencia. Ni una puerta forzada, ni un indicio de su procedencia. Trece fueron los asesinatos que atormentaron a los policías del estado de Massachusetts hasta la detención de Albert DeSalvo, un residente de la zona y padre de familia con un historial de robos y abusos, quien terminó confesando la autoría de las muertes. Sin embargo, las inconsistencias entre su testimonio y las pruebas de recabadas en la investigación nunca permitieron llevarlo a juicio por los crímenes adjudicados al "estrangulador de Boston", como lo había bautizado la prensa. La cronología de los asesinatos, la pesquisa del misterioso estrangulador y la historia de Albert DeSalvo se convirtieron en un libro apenas dos años después, titulado El estrangulador de Boston, escrito por Gerold Frank. En 1968 llegó al cine con el mismo título y de la mano del director Richard Fleischer, pionero en la tradición del true crime cuando ese término ni siquiera existía. El suceso policial había cumplido con su arco de popularidad.

Hoy, la historia del estrangulador de Boston regresa a la pantalla pero desde una nueva perspectiva. La película que Star+ estrena este viernes 17, dirigida por Matt Ruskin y protagonizada por Keira Knightley y Carrie Coon, cuenta la investigación de dos periodistas del diario Record American que por primera vez asumen la ligazón entre los crímenes de la ciudad de Boston como obra de un mismo asesino. La figura del asesino serial, que sería recurrente en la psicología criminal de los 70 y luego en las narrativas audiovisuales de la siguiente década, en los 60 todavía era desconocida. El crimen siempre suponía el origen en el círculo de cercanía, una motivación plausible y la oportunidad de comisión del delito registrada en pruebas físicas o declaraciones de testigos. La silueta de un asesino anónimo cobraría vida en ese tiempo al poner en juego el impacto de los cambios en la sociedad de posguerra, la irrupción del crimen como fruto de patologías y traumas de la infancia, y la gestación de la serie como nueva forma de la conducta criminal.

Loretta...

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