Hipocresía cambiaria

A raíz de los escándalos de corrupción pública a cuya exhibición impúdica estamos sometidos los argentinos, que no salimos de nuestro asombro, han aparecido ciertas voces oportunistas e interesadas, que se lanzan sobre todo argentino que depositó fondos en el extranjero.

No se trata de hacer ningún tipo de juicio moral, ni intentar justificar lo que en algunos casos resulta injustificable. Pero sí de aclarar algunos puntos y tratar de ir a las causas.

Nuestro país padece una inflación endémica desde hace muchos años, con un deterioro creciente de nuestro papel moneda a niveles increíbles. La necesidad de buscar refugios de valor para preservar los ahorros se impuso rápidamente, y así se adquirieron inmuebles, automotores y otros bienes. La divisa extranjera, en especial el dólar estadounidense, fue la preferida de los grandes y los pequeños ahorristas por múltiples razones, entre ellas su practicidad y su cotización relativamente estable.

Mientras nuestros bancos aceptaron los depósitos en dólares, los argentinos confiaron y percibieron una modesta renta por estos depósitos, pero a partir del corralito, cuando sus divisas, supuesto refugio de valor, fueron convertidas a moneda nacional al absurdo cambio oficial, comenzaron los innumerables amparos judiciales que inundaron los tribunales. El pequeño y el gran inversor no confiaron nunca más. A ello cabe sumar, años más tarde, el cepo cambiario, que impedía el acceso a las divisas, salvo en una modestísima cuota que habilitaba la AFIP y que no hacía sino confirmar lo expuesto. El público cobraba el sueldo y partía al banco, primero a adquirir los pocos dólares que le autorizaban y luego al mercado informal a proveerse del resto. Se trataba de defender el sueldo.

Las cajas fuertes o de seguridad de los bancos son caras, el colchón es inseguro, no hay alternativas serias para el ahorro en divisas, la inflación crece, de donde comienza la migración de fondos al exterior a cualquier lugar que fuese, lejos de la galopante inflación argentina. Y no debe creerse, como se suele imputar, que la intención era siempre burlar el impuesto a la ganancias, pues muchas veces no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR