Las hipnotizadoras sirenas musicales de Nicolas Jaar

La puerta del teatro Vorterix se llenó de treintañeros y la fila para retirar las entradas llegaba hasta la esquina de Federico Lacroze y Delgado. Muchos de los que se acercaron el jueves por la noche se fueron sin gloria ya que hacía más de una semana que se habían agotado.

Los carteles de luces LED rojas anunciaban, a toda velocidad, el show de Nicolas Jaar, el músico chileno estadounidense de 27 años que vino al país a presentar Sirens, su tercer disco de estudio, en medio de su gira por Colombia, Perú y Chile, Uruguay, Brasil y México.

Más reflexivo, emocional y poético que su ejemplar anterior, Space Is Only Noise (2011), que lo catapultó a la fama a los 21 años, el nuevo álbum de Jaar habla acerca de los contrastes, tanto musicales como políticos. En él, se mezclan los silencios, los ruidos y las intervenciones habladas con géneros como el blues, el ambient, la cumbia y el house y se fusionan perfectamente en temas largos, distorsionados y sinuosos. Mientras sonaban Dopplereffekt y The Brothers of Soul, los dos pisos del teatro se llenaban de jóvenes, a la espera del músico pródigo que ya había tocado en el país hace tres años, en Crobar y Ultra. A las 21, se cerró el telón al ritmo de un Olé Olé Olé Olé Ni-co-las Jaar típicamente argentino y, entre ráfagas de humo y luces violáceas, dio comienzo al show con "No", el cuarto corte de Sirens, el tema más crítico y político del disco, que apunta hacia un Chile donde "ya dijimos no..." -en referencia al referéndum chileno de 1988 en contra del general Augusto Pinochet- "... pero nada cambia por estos lados", como dice su letra.

Impredecible como su música, el DJ que se inició a los 14 años en la electrónica cambió el setlist que venía tocando en sus shows previos por Latinoamérica. Siguió con...