Hijos avatar: los chicos que son versiones mini de los padres

Con sólo tres años, la banda de música de la vida de Río Pellegrini es, sin dudas, La Renga. Cuando estaba en la panza de Julia, sus papás se emocionaban y le hacían escuchar una y otra vez "Cuando estés acá", el tema que la banda hizo para el nacimiento del hijo del bajista. Hoy, cuando Río vuelve del jardín, hay un ritual que nunca pasa de largo. Chicho, su papá, pone Play y los dos bailan y cantan alocadamente alguna canción de La Renga. "Estalla el mundo", es la favorita de Río. Claro que el switch de temas pasa sin escalas del hard rock a los acordes naif del Sapo Pepe. Chicho y Río los cantan y bailan con igual devoción. A veces se impone el gusto del padre, a veces el del hijo. Igual lo disfrutan porque lo que aman de esa experiencia de transmitir una pasión musical de una generación a otra es justamente el hecho de compartir momentos como ésos. Cargados de intensidad, amor y complicidad.

"A mi papá le gustaban los Beatles, pero yo nunca compartí con él momentos así. Tiene que ver con otro estilo de paternidad. Más cercano. Escuchar ese tema que te fascina, que es la banda sonora de tu adolescencia, cantado con toda pasión por tu hijo es un plus que no se puede explicar", dice Chicho.

El fenómeno de los hijos avatar, que se convierten, al menos en los primeros años de su vida, en versiones mini de sus padres, tal como lo define Carolina Duek, doctora en ciencias sociales e investigadora del Conicet, es cada vez más frecuente en las grandes ciudades. Y tiene sus variaciones: los que comparten el fanatismo por algún personaje o algún género cinematográfico, los apasionados por la moda, los seguidores de equipos de fútbol europeo. Y la lista sigue. En todos los casos, se trata de consumos culturales que no son típicos del mundo infantil sino de la generación de los padres.

Un buen ejemplo es el caso de Leila Harfuch Lacase, la chica de 10 años que subió al escenario de Paul McCartney y tocó el bajo con él. Más tarde ella contó que su papá le había transmitido desde pequeña la pasión beatle.

Río tiene todas las remeras de La Renga. Ama usarlas para ir al jardín. "Son varios los rockeritos de segunda generación en su sala -dice Chicho-. Ahora, que es chico, escucha esto obviamente porque me gusta a mí. Cuando sea grande escuchará lo que le guste a él."

"Esto de tratarlos como avatares, como pequeñas versiones de nosotros mismos, habla más de nuestra generación como padres que de la de ellos como niños. No es de por sí bueno o malo. Puede...

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