Mi hijo pasa demasiado tiempo con los juegos online, ¿qué hago?

Empezás a notar que pasa cada vez más tiempo solo en su cuarto jugando con la computadora. En un momento, te das cuenta que tu hijo pasó no una, sino varias noches enteras sin dormir y, cuando lo llamás a comer, dice que prefiere quedarse con los videojuegos. Sufre alteraciones en el ánimo, lo ves cada vez más alejado de sus amigos y sus notas son cada vez más bajas. Poco a poco, lo que empezó como un gusto por los juegos online, se transformó en su único interés.

Estas son algunas de las señales de alerta de la adicción a los videojuegos, que afecta, principalmente, a los más jóvenes y en la que solo piensan en estar frente a la pantalla. "A través de este comportamiento, la persona busca encontrar algún tipo de satisfacción o escape de una situación que no pueden manejar de otra forma", explica Laura Jurkowski, psicóloga y directora de ReConectarse , un centro especializado en el tratamiento de las tecnoadicciones.

Según los especialistas, esta nueva adicción genera, a largo plazo, consecuencias similares al abuso de drogas y alcohol: afecta la vida cotidiana, las obligaciones, los vínculos interpersonales, la concentración y la salud, ocasionando desde problemas posturales, hasta en los dedos, manos y brazos). De hecho, la OMS recientemente reconoció que la adicción a los videojuegos (online y offline) es un desorden mental e incluyó esta problemática en su Clasificación de Enfermedades tal como lo había hecho con la ludopatía.

Cuando el juego pasa a ser adicción

"Los videojuegos estimulan los procesos de toma de decisiones, la creatividad y la resolución de problemas", señala Claudio Waisburg, jefe del departamento de Neurología Infantojuvenil de Ineco y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Sin embargo, Waisburg destaca que, si bien las tecnologías no son malas en sí mismas, ciertos factores como el abuso de las mismas son los que pueden llevar a la adicción.

"No todos tienen la capacidad para poder resolver dónde termina el juego, de discernir entre lo que es juego y lo que es realidad", asegura Jurkowski, y agrega que otros factores que pueden llevar a los chicos a refugiarse en los videojuegos son la necesidad de encontrar un lugar donde poder interactuar con otros, cuestiones anímicas, problemas familiares o el estar atravesando por una situación difícil. "Cuando la interacción social no se da cara a cara, los chicos comienzan a compenetrarse demasiado con el personaje del juego, suplantando así otras necesidades...

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