Hidrovía: los traficantes paraguayos buscan nuevos canales de circulación

ROSARIO.- El negocio narco se definió en una reunión en el country Los Pingüinos, en el partido bonaerense de Merlo, y la banda liderada por ciudadanos paraguayos fue detenida por Gendarmería, junto con personal de la Prefectura Naval, a más de 520 kilómetros de allí, en el medio del río Paraná, donde un barco de 123 metros de eslora trasladaba no solo combustible, sino también 300 kilos de marihuana. No fue la primera vez que este grupo narco, liderado por los paraguayos Mauricio Bogado y Honorio Curi Huespe, detenidos el jueves pasado, usaban la hidrovía Paraná-Paraguay para introducir un cargamento de marihuana en la Argentina.Desde hacía más de un año, la Justicia Federal seguía sus pasos, cuando usaban otra metodología: avionetas que arrojaban en el norte de Santa Fe la droga como si fuera un bombardeo. Según detectaron el fiscal federal Santiago Marquevich y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), desde julio pasado esta organización había empezado a usar la hidrovía para trasladar en barco los cargamentos de marihuana.La caída de la banda que operaba en Itatí, Corrientes, en marzo de 2017, obligó a los narcos paraguayos a utilizar otros canales para la llegada de la droga a la Argentina.Antes los cargamentos de marihuana cruzaban el río Paraná desde Itá Corá, en Paraguay, hacia la localidad correntina de Itatí en canoas y lanchas que no tardaban más de diez minutos en atravesar los 2000 metros de la frontera líquida. Sin embargo, la caída de la organización liderada por Federico Marín, alias Morenita, que funcionaba con un tejido de complicidades que incluyeron del intendente al comisario, gendarmes y prefectos, con ramificaciones hacia el Juzgado Federal de Corrientes, obligó a los narcos paraguayos que proveen la demanda de estupefacientes en nuestro país a realizar operaciones de tráfico de drogas sin intermediarios argentinos, y con una logística más sofisticada y costosa.El reemplazo de los traficantes locales por narcos paraguayos, que cubren toda la cadena de la circulación de estupefacientes, enciende alarmas por la crisis de seguridad que atraviesa Paraguay, arrinconado por el poder de los grupos criminales brasileños como el Comando Vermelho y el Primer Comando Capital, que están en proceso de expansión, aunque aún no se han detectado células operativas en la Argentina. En los despachos del Ministerio de Seguridad de la Nación se sospecha que, por ahora, nuestro país sirve como "territorio propicio para el lavado...

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