Hacia otra parte

TEHERAN, Irán.- Nada en lo humano es uniforme. Aunque lo intenten. Sin que importen los dogmas, el ejercicio de la fuerza o la trampa de la sugestión. Se lo puede ocultar, comprimir, asfixiar, desplazar; pero nada es suficiente para borrar el pequeño germen, la luz de eso que cada uno es. Único. Irrepetible. Miren aquí la marea oscura, sin rasgos, sin cuerpo, sin piel. Mujeres empeñosamente borroneadas bajo el pliegue omnipotente de tantos metros de tela. Y los cuatro rostros que emergen, aún más poderosos en medio del anonimato forzado. Estas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR