Hacia un federalismo fiscal

La reciente disputa entre Chubut y la Nación pone de relieve la necesidad impostergable de fundar un nuevo régimen de coparticipación para la Nación, las provincias y los municipios. Con un enfoque superador del conflicto y una mirada estratégica, nos proponemos plantear un esquema en donde cada uno de los gobiernos electos tenga una verdadera autonomía presupuestaria.

Los regímenes de coparticipación instalados desde mediados de la década del 30 siempre tuvieron cláusulas de escape para su incumplimiento y esto afecta directamente a los ciudadanos. Las tensiones entre el gobierno nacional y las provincias se suceden desde hace muchos años, sea por quién se queda con el superávit, por las retenciones o los fondos específicos. La ley 23.548, sancionada en 1988 y aún vigente, destacaba que la distribución primaria de los recursos era del 42% para la Nación y el 54% para las provincias. Sin embargo, lo que recibieron las provincias fue achicándose en favor de la Nación, consolidando, en un país que se proclama federal, el unitarismo fiscal.

Esto fue muy claro entre 1993 y 2001, donde las asignaciones específicas de tributos hicieron que la participación de las provincias pasara del 48,6% de los recursos coparticipables en 1993 al 35,7% en 2001. Luego hasta 2015, las provincias recibieron un promedio del 40%. A partir del fallo de la Corte Suprema de 2015, donde se eliminó la precoparticipación del 15% destinada a la Anses, sumado al Consenso Federal de 2016, donde se cambiaron las asignaciones específicas (eliminación del Fondo del Conurbano y necesidades básicas insatisfechas), la participación de las provincias fue creciendo, alcanzando el 50%. Si bien alto en términos históricos, todavía por debajo de lo establecido por la ley 23.548. Las arbitrariedades se cometen tanto cuando no hay ley como cuando la hay y no se cumple. En tanto persista la discrecionalidad, los Estados provinciales permanecen limitados.

Las cuestiones geográficas, las que tienen que ver con el equilibrio territorial, han sido una de las grandes desconsideraciones del desarrollo económico argentino, si bien nuestro país se organizó bajo un régimen representativo, republicano y federal. Así, las diferencias territoriales se dan en múltiples frentes y el destino de las personas parece atado al azar de su lugar de nacimiento y residencia.

Por solo dar ejemplos muy variados, la energía o el transporte cuestan más según el distrito. La red de gas no es la misma entre...

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