Habemus Copa

Tenía que ser con sufrimiento. Con suspenso. Con el drama que acostumbra las cicatrices de su historia. San Lorenzo, al fin, acaba con su deuda eterna. Adiós obsesión, bienvenida Copa Libertadores. Tenía que ser una noche de angustia, nervios, tensión y explosión. Y una noche, envuelto en las lágrimas más maravillosas, en la melodía que traspasa fronteras, San Lorenzo es campeón de América. Levanta la copa, la maldita, convertida en amado, adorado trofeo. Llora San Lorenzo, llora de emoción. Lo que acaba de ocurrir es para siempre, es inmortal. Es la gloria eterna. La deuda está saldada con honor una noche fría de agosto. Ya no le debe nada a nadie. Su infinita grandeza, ahora, tiene la estrella más preciada sobre su pecho.Dos años atrás, estaba de rodillas. El abismo del descenso, descalabro existencial por una dirigencia quebrada, estaba a la vuelta de la esquina. Salvó, con el carisma de Caruso Lombardi y el ocaso de aquel Banfield. Se recompuso. Surgieron Lammens y Tinelli. La casa, de a poco, se puso en orden. Un título local en el camino de regreso a la elite. La vuelta a Boedo como prueba irrefutable que los sueños existen. El Papa Francisco, el hincha Jorge Bergoglio, lo mira desde Oriente, en un viaje de fe. De esperanza futbolera, también.La felicidad que hoy vive el Ciclón salda con creces todos los infortunios que haya soportado a lo largo de su existencia. Hasta el sufrimiento del descenso en el 81, su trance más doloroso. Anoche, en las lágrimas de miles de sus hinchas se redimió ese dolor añejo, entre tantos viejos recuerdos. La alegría incomparable de la primera Libertadores enaltece la historia de los Gauchos de Boedo y sepulta todo lo malo, empezando por el estigma de haber sido, por tanto tiempo, el único grande que jamás la había levantado. Fortalece entre su gente el orgullo por un sentimiento de identidad que no desapareció ni en las peores circunstancias. Y hasta dota de sentido a las frustraciones anteriores en este torneo tan esquivo.¿Alguien recuerda que el primer gol argentino en la historia de la Copa lo hizo un jugador de San Lorenzo en la cancha de Huracán? Difícil, pero así fue. El 20 de abril de 1960, Coco Rossi abrió el 3-0 del Ciclón sobre Esporte Clube de Bahía, Brasil. Lo vieron unas 10.000 personas. Nacía una, por entonces, raquítica Copa de siete equipos, uno de cada país. Exclusivamente, siete campeones: Perú, Colombia y Venezuela no se anotaron. San Lorenzo fue pionero nacional en la Copa, pero ese honor empezó a...

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