El guiso de Diego y Cristina

Son injustos los que pretenden hacer creer que Maradona http://www.lanacion.com.ar/1545884-maradona-los-argentinos-tenemos-que-estar-orgullosos-de-nuestro-pais-y-nuestro-gobierno Nada más falso: Diego ya lo era, sin saberlo, en los 90 cuando ni siquiera los conocía, pero tanto los Kirchner como él abrazaban el mismo ideario político: el menemismo. Podría decirse que por carácter transitivo http://www.lanacion.com.ar/1545722-maradona-en-un-asado-con-guillermo-moreno-soy-cristinista pragmático y acomodado a las características particulares, aunque tan disímiles, de cada tiempo político.Las coincidencias no se agotan allí: en 2005, tanto la pareja presidencial como el "barrilete cósmico" tenían en la más alta estima al Grupo Clarín. Los primeros todavía recibían en Olivos al ahora execrado CEO de esa compañía y extendían con gran magnanimidad por diez años las licencias de radio y TV (que la ley de medios pretende ahora desandar), en tanto que el ex crack se convertía en onerosa pieza estratégica de Canal 13 para levantar su muy alicaído rating con el show semanal La noche del 10, en el que se lo vio con motor rectificado y carrocería a nuevo.Hoy Maradona prefiere posar junto a emblemáticos funcionarios del gobierno K, en Abu Dhabi, junto a una pancarta en contra de su antiguo patrón, aderezada con el insulto maradoniano por excelencia ("La tenés adentro", popularizado en redes sociales por las muy usadas siglas LTA). Como tantos otros giros, lamentables o felices, del ex crack, éste también ganó la calle, desde que fue pronunciado por primera vez en octubre de 2009 cuando era opaco DT de la selección y consiguió raspando la clasificación para el último Mundial, del que después nos eyectó Alemania con un humillante 4 a 0.Es extraño que un gobierno que defiende con tanto ardor las cuestiones de género y lleva adelante campañas intensas contra la violencia sexual y la trata de personas, admita alegremente y fomente el uso de una expresión que, al ser utilizada como insulto hacia supuestos enemigos, apenas sublima verbalmente su infame significado real (la metáfora machista de expresar supremacía con una violación).Se sabe: Maradona es el sismógrafo emocional de los argentinos. Así, hace veinte años, al pegarse a Menem, convalidó las privatizaciones y las flexibilizaciones laborales salvajes, con la misma intensidad que hoy celebra el creciente intervencionismo estatista en la economía. ¿Acaso no es el mismo electorado el que le dio sucesivos triunfos...

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