Guía práctica para el votante indeciso

Levántese de la cama con gracia, de un salto, por más que no haya decidido todavía si se pondrá una remera o una camisa nueva que le gusta mucho pero resulta muy formal para un domingo, incluso éste. Abra el ropero y échese encima lo primero que encuentre, deje que el azar resuelva por usted el primer dilema de la jornada sin remordimiento ni culpa. Cepíllese los dientes ante el espejo y diríjase a la cocina ligero, cantando bajito, que allí lo espera el segundo. Entre el mate y el café, no sufra mucho ni lo piense demasiado. Decídase por una taza bien cargada de esa infusión salvífica en su temperatura justa. Siga el humo que despide y que invita a la ensoñación. Disfrute el momento, siéntase dueño de la mañana.Mientras ingiere de a poco esa bebida oscura que templa la garganta y tonifica el espíritu, dispóngase a enfrentar por fin, de entre todas las dudas del hombre que duda, la mayor de todas, aquella que no ha podido resolver hasta ahora. Cuando esa espina lo atraviese, reconozca que en ella se juega algo que no tiene precio. Sepa que su destino y el del suelo que pisa está en sus manos, y que poco más tarde lo echará, envuelto en un sobre, en una ranura que se lo tragará para devolverlo multiplicado por millones, en lo que quizá será salvación o condena, la cara o cruz de lo que usted y el resto elija. Aférrese a su taza y no se asuste. Mantenga la calma. Y para aclararse las ideas, hagáse a usted mismo las siguientes preguntas, que valen también para aquellos que, resueltos y seguros, ya decidieron.¿Le gusta que le mientan? ¿Es de aquellos que disfrutan o celebran el engaño? Hay en la viña del Señor quienes prefieren instalarse en el simulacro de las grandes palabras mientras cierran los ojos a las evidencias de la realidad, siempre más banal y aburrida. Se entiende. Vivir en un país con una pobreza de un dígito, y de una prosperidad que hasta la Alemania de Merkel envidiaría, no solo es menos doloroso sino que llena el alma de orgullo. De orgullosos está llena la mentira. Están también los que mienten con orgullo, y esa suficiencia también es atractiva, porque doblegar a los hechos con un discurso que los contradice de modo flagrante confiere poder e impunidad, la impunidad de los que se erigen en medida de la propia ley. La mentira exime de responsabilidad y eso también seduce. Aquellos que celebran la mentira o compran pajaritos de colores tienen sus motivos. ¿Está usted entre ellos?¿Le gusta que lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR