Más guerras internas, mientras pierde el bolsillo

El presidente Alberto Fernández en su guerra contra la inflación

Alberto Fernández declaró oficialmente la guerra a la inflación el 15 de marzo. Cinco meses después, el enemigo avanza imperialmente invicto, no deja de provocar bajas en el alto mando presidencial y corona nuevas cimas (la metáfora bélica es del Presidente).

Sin embargo, Fernández no se rinde. Sostiene casi todas sus promesas (incumplidas) y se da tiempo para emprender nuevas batallas, en defensa de su agrietado bastión. Más augurios de complicaciones para Sergio Massa .

El previsible, pero no por eso menos espeluznante 7,4% de inflación de julio, que retrotrae al oscuro comienzo de 2002, encontró al Presidente y a su flamante ministro de Economía demasiado lejos de sus despachos , celebrando logros y anunciando proyectos a 1.800 kilómetros uno del otro. Lejos también de los restos del acampe piquetero a las puertas de los edificios del poder. Mucho más que una metáfora. Pueden ser hitos para mirar con atención desde un futuro cercano. Claves de un acertijo en curso.

La reunión del gabinete, el miércoles en la Casa Rosada

Las imágenes sonrientes de Fernández y Massa compartiendo la mesa de reuniones de la Casa Rosada pueden ser un espejismo o la construcción propagandística del marketing político. El pasado no da motivos para festejar, el presente ofrece malas noticias y el futuro sigue incierto como hace dos semanas cuando se conformó el cuarto gabinete de Fernández . La fuerza gobernante en ejercicio no está en paz, aunque intente parecerlo, ni muestra una estrategia que presagie éxitos seguros. Paciencia. Si es que no hay faltante.

En ese trance, Fernández y Massa le deben, mientras tanto, un enorme agradecimiento a Lilita Carrió . El imprevisible oráculo de Capilla del Señor les propició invaluables horas de descanso en el centro de la agenda pública. Su guerra preventiva hizo estallar todo el andamiaje interno de la coalición opositora, potenciando los rencores, las desconfianzas y el desconcierto que desde hace tiempo padece Juntos por el Cambio . Aunque el ministro de Economía, y, por carácter transitivo el Presidente, tal vez pronto lamenten lo que ahora celebran. Cualquier acuerdo que se necesite con la oposición es desde hace 48 horas más difícil y caro. Ya se verá.

La sucesión de anuncios, de interconexión difusa, que realiza diariamente el ministro de Economía en busca de inversiones, financiamientos y tiempo (el recurso más valioso) no impiden advertir que se...

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