Una guerra donde no se salva ni el idioma

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Matías Kulfas renunció al ministerio de Producción con un largo texto en el que explica a Alberto Fernández que la política energética de la administración que él dirige es un completo disparate . Kulfas se refirió, sobre todo, a la conducción de Enarsa, sobre la que él instaló la sospecha de haber beneficiado al grupo Techint en la licitación para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.

Al día siguiente, el martes pasado, las autoridades de Enarsa divulgaron una respuesta a la extensísima dimisión de Kulfas. Esa contestación es llamativa por innumerables razones. Pero hay una que prevalece sobre todas: está destinada a ingresar en la historia de la gramática administrativa . Cuando los investigadores intenten, dentro de algunas décadas, reconstruir el estado de la función pública en estos años, encontrarán en ese texto un testimonio invalorable. Gracias a él advertirán que hubo una época en la que personas con altas responsabilidades en el Estado no lograban siquiera manejar con cierta corrección el castellano . Sería de desear que sea así. Es decir, ojalá que, en algunas décadas, la Argentina haya salido de la penumbra en la que se encuentra y la falta de recursos culturales de las actuales autoridades llame la atención de los historiadores.

Los directivos de Enarsa publicaron una declaración en la que se lee lo siguiente: "Las declaraciones del ex ministro son de desconocimiento supino de como se empunta la demanda de gas natural durante el invierno y en cual región geográficamente los hogares que efectivamente reciben los subsidios. Lamentablemente se observa que mientras la Secretaría de Energía fue un dependencia bajo su órbita, hasta agosto del año pasado, y tampoco posteriormente, logró entender cómo funciona el sistema energético". Más allá de que el verbo "empuntar" significa "retirarse", "salir primero", toda la frase está redactada en gutural básico.

Algo parecido sucede con esta otra: "Sin embargo la situación socioeconómica no era la dramática que es la actual". O con esta, en la que el redactor inventa una palabra por ignorar que existe "miope": "Es miópico afirmar que las importaciones de energía atentan contra las reservas".

Es imposible que esta rudimentaria proclama de Enarsa haya sido redactada, como afirma una versión, en el despacho de Cristina Kirchner . Es decir, en el despacho de la autora de Sinceramente y de varias epístolas morales. En cambio, está fuera de discusión que la vicepresidenta fue la inspiradora del ataque político que el lector, si supera el ripio del texto, encontrará en esta contestación de Enarsa a Kulfas.

Mientras los funcionarios corroen la autoridad de Alberto Fernández despotricando sobre aspectos centrales de su gestión, el gasoducto comienza a empantanarse . Una perplejidad para los ingenieros de Techint, que realizaron más de 500 obras similares alrededor del planeta, cruzaron diez veces la cordillera de los Andes tendiendo caños, ganaron un Guinness por instalar en Perú la tubería más alta del mundo, pero no consiguen rescatar este proyecto de las garras de un grupo político trenzado en una lucha interna desenfrenada y suicida.

La economía nacional tiene una urgencia bastante obvia en que se construya el gasoducto. Según Miguel Kiguel , en el próximo...

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