La Guerra de las Malvinas y los derechos humanos

Desde estas columnas hemos advertido oportunamente sobre una maniobra llevada adelante por organizaciones de derechos humanos, consistente en abrir un frente de juzgamiento de miembros de las Fuerzas Armadas por la presunta comisión de delitos de lesa humanidad durante la Guerra de las Malvinas. Las denuncias contenían inexactitudes apoyadas en testimonios falsos y tendenciosos, y se referían a supuestos maltratos y torturas a soldados. Los denunciantes cuentan hoy con apoyo político y judicial y actúan con espíritu de venganza, motivaciones económicas y un claro sentimiento antimilitar.Hay dos casos abiertos. Uno de ellos se refiere al Regimiento de Infantería 5 (RI 5), desplegado desde fines de abril de 1982, en los comienzos del conflicto, en Puerto Howard, rebautizado Yapeyú, en la Isla Gran Malvina. El 10 de mayo, el buque Isla de los Estados fue hundido por una fragata británica en el Estrecho de San Carlos, a la vista de los casi mil integrantes del RI 5. En esta acción perdieron la vida 22 de sus 25 tripulantes, inmolados en su esfuerzo heroico para abastecer al regimiento, que luego no pudo recibir alimentos ni pertrechos por otra vía.Desde entonces y hasta el 14 de junio, el regimiento quedó aislado y sus hombres sobrevivieron gracias al liderazgo épico de su jefe, el coronel Juan Ramón Mabragaña, quien organizó la defensa con los suministros disponibles y la mínima alimentación con algunos recursos locales.El RI 5 regresó al continente después de la guerra, con siete bajas, cinco de ellas producidas por la aviación y la artillería naval enemiga y dos como consecuencia de desnutrición. Uno de estos casos ocurrió en la isla y otro en el continente. El jefe de la unidad padeció hambre y rigores de la misma forma que sus hombres, fueran soldados, suboficiales u oficiales, con pérdidas de peso entre 15 y 20 kilos. En otros países, esta epopeya hubiera inspirado una película de guerra antológica. Se hubiera rendido tributo al heroísmo que hoy se pretende mancillar en una causa judicial impulsada por un grupo de activistas. Entre ellos, quien se destaca por inventar hechos, argumentos y víctimas para luego acechar a sus supuestos victimarios, es el exsoldado Ernesto Alonso, hoy secretario de Derechos Humanos del Centro de Excombatientes de las Islas Malvinas (Cecim), de La Plata. Su actitud queda reflejada en las siguientes palabras: "Para abordar la cuestión Malvinas desde la educación (...) es importante, para la etapa que se viene...

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