La guerra que faltaba

A principios de año, un juez de la Corte Suprema vaticinó: "La próxima guerra será contra nosotros". Anteayer, http://www.lanacion.com.ar/1590822-fuertes-criticas-de-la-presidenta-a-la-justicia-y-a-jueces-de-la-corteSu proyecto es cambiarla. Subiendo o bajando el número de miembros, quiere otro tribunal en la cima del Poder Judicial. Por ahora, está ejecutando lo que mejor sabe hacer su gobierno: presionar, descalificar, manipular algunos datos de la verdad.http://www.lanacion.com.ar/1590447-cristina-defiende-la-eleccion-popular-de-los-consejeros-pese-los-amparos-en-contraen la Justicia. De alguna manera, esa intuición fue confirmada anoche por la jueza electoral María Servini de Cubría, que declaró inconstitucional la elección popular y partidaria de los consejeros de la Magistratura. Es la sentencia que esperaba la Corte Suprema, porque es el primer fallo sobre la cuestión de fondo. No es una cautelar, como lo fueron todas las anteriores resoluciones de los jueces que frenaron aquella elección. La jueza http://www.lanacion.com.ar/1591083-maria-servini-de-cubria-declaro-inconstitucional-ley-de-reforma-del-consejo-de-la-magistraturaEse expediente terminará en la Corte Suprema. Esto explica la dura ofensiva de Cristina contra los máximos magistrados del país.Esas personas son jueces. No están acostumbradas a las agitaciones ni a los maltratos de la política. El clima que ayer se vivió en la Corte era de un especial malhumor. "¿Qué hemos hecho para merecer este destrato?", se preguntaban con insistencia entre los máximos jueces del país. La Presidenta ha perdido ya cualquier noción de la moderación institucional. Nunca, en 30 años de democracia, el jefe del Poder Ejecutivo se refirió de manera tan ofensiva a la cabeza de otro poder del Estado.El cristinismo toca los límites de la Constitución con el propósito de violarlos. Dos importantes ministros, Juan Manuel Abal Medina y Julio De Vido, dijeron en los últimos días que no hay otra solución electoral que la continuidad de Cristina Kirchner después de 2015. Esas cosas no se dicen sin la aprobación de la Presidenta. La Constitución obliga a Cristina abandonar su cargo dentro de dos años. ¿Alguien podría imaginar a ministros norteamericanos pidiendo que Barack Obama se quede en la presidencia más allá de los únicos dos mandatos que le permite la Constitución de su país? Imposible. La anomalía se ha convertido en la normalidad argentina.El problema de la Presidenta es que su capacidad de ataque es cada vez...

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