Grasa, la nueva vedette de la estética

La grasa corporal, la misma cuyo exceso hace que millones de personas recurran a dietas muchas veces descabelladas, a extenuantes rutinas de ejercicio o incluso a procedimientos quirúrgicos como la lipoaspiración, se ha convertido en el insumo clave de un creciente número de tratamientos estéticos y reconstructivos que, paradójicamente, devuelven la grasa del paciente a su propio cuerpo.Los llamados injertos de grasa se utilizan cada día más en procedimientos tan diversos como el rejuvenecimiento facial, el aumento del volumen mamario o el tratamiento de las lesiones que deja la radioterapia del cáncer, ya sea en combinación con productos emblemáticos de la cirugía plástica, como las prótesis de silicona, o incluso en reemplazo de ellos."La grasa injertada presenta muchas de las cualidades de los materiales de relleno o "fillers" ideales: es autóloga [se obtiene por lipoaspiración del mismo paciente] y totalmente biocompatible; en la mayoría de los pacientes se encuentra disponible en cantidades suficientes; se integra naturalmente a los tejidos y es un relleno potencialmente definitivo", dijo el doctor Rubén Rosati, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (Scpba).Pero la grasa tiene algo más, algo de lo que carecen los productos estéticos artificiales: células madre, aquellas capaces de convertirse en cualquier célula del organismo. "La grasa tiene un número muy alto de células madre, incluso más alto que la médula ósea", comentó el doctor Sydney Coleman, que días atrás visitó la Argentina para participar del Simposio Internacional de Cirugía Plástica Siglo XXI.Coleman, que dirige la clínica de cirugía estética Tribeca, en Nueva York, estudia con fondos del Departamento de Defensa norteamericano el uso de injertos de grasa para tratar heridas de guerra. "Los probamos en heridas faciales y craneales, y ahora estamos empezando a aplicarlos en amputaciones dolorosas", contó Coleman, que busca reproducir en estas lesiones los efectos regenerativos que las células madre de la grasa ya han demostrado ante el daño que causa la radioterapia en las pacientes con cáncer de mama.Primeras aplicaciones"Hace años, comenzamos a utilizar los injertos de grasa para tratar los efectos secundarios de la radioterapia, que son problemas en la circulación de los tejidos irradiados -recordó el doctor Gino Rigotti, del Instituto para la Cura de Tumores de Milán, Italia-. Observamos que las células madre de la grasa que son inyectadas en el área tratada...

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