La gran película norteamericana

Cuando esta noche quede inaugurado el Festival de Cine de Cannes, podrá saberse si el australiano Baz Luhrmann estuvo a la altura del desafío o si El gran Gatsby , la poderosa obra de Francis Scott Fitzgerald, quedará como otro fracaso del mundo del cine ante la adaptación de uno de los pilares de la novela norteamericana.Seguramente, el aplauso o la reprobación del público de la Croisette sellará la suerte de este nuevo producto del también director de Moulin Rouge y Australia , para el que vuelve a contar con Leonardo DiCaprio en el papel central (como en Romeo + Julieta) y en el que también actúan Tobey Maguire, Carey Mulligan y Joel Edgerton.Gatsby y su autor son enfants terribles de un modelo hollywoodense que siempre deslumbró con la fantasía romántica de la ambición, los amores imposibles y las fiestas frenéticas. Un mundo de lujo, fracaso y heroísmo que el cine de la época de oro hilvanó en todos los géneros posibles, pero que fue esquivo para el gran Jay Gatsby.Es fácil imaginar que a un director como Luhrmann, que hizo del exceso visual un rasgo distintivo, lo subyugara el arrogante desenfado y la desmesura de la década del 20 que con puntillosa elegancia al ritmo del jazz Fitzgerald retrató en su novela. Pero el verdadero conflicto por desentrañar es por qué un autor que pareciera hecho a "imagen y semejanza" del sueño hollywoodense nunca consiguió una película que estuviera a la altura de su obra. "Significa adentrarse en los años 20 del siglo pasado, cuando regía todavía un fuerte sentido de las responsabilidades cívicas y patrióticas, acaso no exentas de puritanismo, en ese gran país que encontró difícil la aceptación de los bohemios, de los perdedores y de los antihéroes", indica José María Poirier, crítico literario y ex director del Museo del Cine, y agrega: "En efecto, el cine de Hollywood representó con mayor felicidad a los best sellers del suspenso o la comedia que a los dramas. A la intelectualidad norteamericana no se le escapaba el valor de sus grandes escritores y poetas, desde el gran Walt Whitman en adelante, pero el tema es cómo conciliar ciertas visiones que rayan lo marginal con la vocación progresista y triunfante de una nación". Esa marginalidad explicaría, en parte, por qué Hollywood consiguió grandes películas de un género considerado en esa época menor como la literatura policial y, empero, tardó años en equilibrar la balanza entre los grandes libros de sus propios autores y las grandes películas de su propia...

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